Magaly Vera
Esta cuarentena nos ha obligado a
permanecer en familia. Por un lado, es genial. Sin embargo, no a todos a caído
bien este aislamiento:
·
En algunos casos ha permitido que la familia
este más unida debido a que quien lleva la batuta, ha sido creativo, ha ayudado
a su pareja, a sus hijos, ha realizado cronogramas de trabajo consensuadas con
los integrantes etc. Pero no todos tienen una actitud proactiva frente a
problemas como el que estamos atravesando.
·
En otros casos ha permitido desnudar el
verdadero rostro de algunos a quienes sólo se le veía los fines de semana,
quincena o fin de mes. Digo esto porque estamos en tiempo modernos y el horario
de muchos es de lunes a viernes, otros hasta sábados. El caso de los mineros es
de 20-10, 14-7 etc., el de los marinos que viajan largos tramos que les toma
meses y así hay cada trabajo como el de los de teatros itinerantes, etc. Lo que
ha enfrentado a pequeños o adolescentes con padres a quien no conocían bien y del
que descubrieron lo peor.
·
El trauma que deben de sufrir los niños
especiales como los que padecen de dislexia, autismo u otro similar e incluso los
hiperactivos, cuya conducta en muchos casos produce angustia o frustración a padres que no
estaban acostumbrados a liar a diario con eso y dejan de ser el padre bonachón
de fines de semana.
·
Otro escenario es el estrés que algunos
cargaban de sus trabajos y los desfogaba en casa. No siendo eso justificación a su actuar ya que la violencia (física o psicológica) es un acto aprendido, selectivo y consciente. Y si no logró antes manejar su conducta, menos lo hará ahora. El primer paso para superar eso, es reconocerse como violento, luego requerir ayuda profesional. Pero al ser también un acto consciente, lo importante es tener voluntad de cambio.
·
Ni qué decir del dolor que están padeciendo
muchos niños para los que el colegio era su refugio no sólo porque el agresor
era el padre, sino la madre.
·
Y el caso de muchas madres que tenían la
tranquilidad de tener a los esposos fuera de casa y solamente tolerarlos en las
noches o fines de semana.
Lamentablemente solo vemos lo que
la persona desee que veamos, no podemos saber la cruz que cada familia carga.
En todos los casos continua la creencia que únicamente van al psicólogo: los locos; cuando van los que deseen
ser mejor persona, hijo, hermano, padre etc.
Esta cuarentena ha revelado cuan descuidada tenemos la salud mental. Las llamadas al *100 ha sido saturada por temas de violencia
doméstica. El Ministerio de la Mujer y poblaciones vulnerables ha dado cifras
desgarradoras durante estos 17 primeros días de confinamiento:
Atendieron
5418 llamadas de mujeres víctimas de agresiones, 538 casos graves fueron
atendidos por equipos itinerantes de emergencia (alto riesgo de ser asesinadas
o víctimas de feminicidio). De ese grupo, un total de 25 fueron llevadas a los
centros de refugio temporal, junto a sus hijos y 27 niñas violadas.
Fuente: https://rpp.pe/peru/actualidad/coronavirus-estado-de-emergencia-el-ministerio-de-la-mujer-atendio-43-casos-de-violacion-noticia-1255763 lo que ha dado lugar a que sea “cuarentena con el agresor”.
Por eso es que creemos necesario
indicar el procedimiento de la línea *100:
1. Se
procede a llamar al *100 de forma anónima, obviamente te piden tus datos por
interno, pero no los revelan. Puede llamar la víctima o los testigos.
2. Ellos
coordinan con el CEM más cercano al domicilio que por lo general esta ubicado
junto a una comisaría.
3. Dependiendo
de la saturación de casos pueden visitarte en un lapso de 02 horas o meses.
4. Si
el caso amerita inmediatez por la gravedad del asunto (feminicidio o violación),
se coordina con las fuerzas del orden para que sea inmediato.
5. Las
primeras en visitar son por lo general psicólogas o asistentas sociales.
Proceden a la investigación de la denuncia y dan citas a un CEM.
6. El
citado no debe de temer ya que la evalúan y dan terapia psicológica.
7. Sino
acude pues se le sigue el proceso civil y dado que hay muchos casos, pareciera archivado,
pero sigue su curso.
8. Sólo
si hay lesiones graves se le sigue un proceso penal.
Este nuevo contexto COV-19 ha
creado nuevas estrategias para paliar un poco los diversos casos de violencia doméstica.
Es así que tenemos:
Servicio de acompañamiento psicológico
del Ministerio de la Mujer y poblaciones vulnerables:
*100 o a la Central telefónica
(511)626-1600
Policía Nacional del Perú:
105
Defensoría del Pueblo:
080015170 o Central Telefónica
(01)311-0300
Servicio psicológico de la
Municipalidad de Lima:
Líneas de asistencia DEMUS:
Cuenta incluso con un chat
Ayuda psicológica gratuita privada:
Fundación civil Amad:
En San Juan de Lurigancho
contamos con el Centro Mujer Teresa de Jesús:
Si bien hay que cuidar nuestra
salud corporal no sólo esta temporada COV-19, no debemos descuidar la psicológica que también es de
vital importancia; ya que esta demostrado que una persona feliz, tiene mayores
defensas frente a cualquier enfermedad, que uno deprimido o con ansiedad.
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