martes, 7 de abril de 2020

¿Cuál será el escenario para el arte post coronavirus? (07/04/2020)




Magaly Vera

Gestora cultural y directora de economía de La red cultural de San Juan de Lurigancho

Hace poco Patricia Salinas, conductora del programa “A mi manera”, escribió una columna  titulada #Chapa tu bono(02/04/2020), Caretas, recuperado de: https://caretas.pe/nacional/chapatubono/  en la que afirmaba: “Es verdad que la música, el arte, la literatura, sanan el alma, pero ¿podemos vivir sin ellos? ¡Sí!  Porque, aunque son cosas importantes, no son indispensables”. Obviamente las reacciones de gestores culturales y/o artistas de diversas áreas (artesanos, mimos, titiriteros, danzas, actores etc.) se fueron directamente a su yugular. No era para menos ya que el título era chabacano, y el final: “Dan vergüenza, realmente”, eran un claro insulto a una realidad que ella desconoce.

En su intento de justificarse publica otro artículo denominado “Una controversia y una aclaración” (05/04/2020), Caretas, recuperado de: https://caretas.pe/cultura/una-controversia-y-una-aclaracion/  . Pero le fue peor porque aseveraba lo siguiente: Conozco a profundidad no sólo lo difícil que es vivir del arte en el Perú, sino también su importancia para el desarrollo y bienestar de un país, si no fuera así, sería absurdo que haya dedicado mi vida a darles voz a todos los artistas, consagrados o no, que han tocado mi puerta”. Es decir, supone que conoce el arte peruano y que incluso le debemos que nos dedique años. Pero lo peor viene luego, ya que indica que se refería a la coyuntura actual y que “si no se entendió así, lamento la poca claridad”. Encima graciosa: quiso decir una cosa, y se le entendió otra. La falla en redacción no es de ella, sino de la poca comprensión lectora nuestra. Habrase visto, al fiel estilo de Maki Miro Quesada.

Y claro, uno revisa su programa y se encuentra que la mujer es extremadamente selectiva con sus invitados. Según sus propias palabras “no invito a nadie con quien no me sentaría a tomar un café” (22/11/2017), El Comercio, recuperado de: https://elcomercio.pe/tvmas/patricia-salinas-periodismo-forma-vivir-noticia-475825-noticia/?ref=ecr

Existen muchas Salinas que piensan que el arte no es indispensable porque para la mayoría lo más importante es comer. Es por ese razonar que asume que la carta redactada y presentada al Ministerio de cultura, se resume en cobrar el bono alimenticio.

Para los que desconocen el contenido de la famosa carta a la que hace mención, son nueve los puntos que tocan, no sólo el bono:




Salinas incluso se da el lujo de volver a agredir indicando que los firmantes de dicha carta: “ni para eso andan unidos”. En parte tiene razón, ya que existen muchas manifestaciones de arte y mayormente los que firmaron son los integrantes de Cultura viva comunitaria Perú, una plataforma surgida de diversas agrupaciones de base y que ha replicado un movimiento que surgió en Brasil y que ahora se ha extendido a toda Sudamérica con las que trabajan conjuntamente en políticas públicas culturales. Lamentablemente su trabajo no es del todo visibilizado porque no tienen aún una página web, sólo están en el Facebook donde tienen mucha actividad mostrando sus avances gracias a los foros que continuamente realizan. “Chapatubono”, motivó a que otras agrupaciones que existían aisladamente, se sumen al trabajo ya iniciado.

Pongo ese preámbulo no por lo que opine Patricia Salinas en particular, sino porque existen muchas Salinas que miden a todos los artistas con la misma vara y piensan que muchos han logrado obtener cierta holgura como para pasarla bien esta cuarentena y que deberían sentir vergüenza de estarse mirando el ombligo y pidiendo su bono.

Dicen que uno escribe como piensa y una explicación a su razonar es la “calidad” de sus invitados. Si uno revisa quienes fueron los afortunados en ser entrevistados por ella, pues se encuentra con Mickey Rourke, Penélope Cruz, Patch Adams, Eva Ayllón, Cecilia Bracamonte, Cecilia Barraza, Bartola, Regina Alcover, Damaris, actores, músicos todos medianamente conocidos. Ni de casualidad se encuentra con los poetas populares, decimistas, o esos artistas que Daniel Mathews bien retrata en su libro La ciudad cantada (2016).

Claro, olvida a esos artistas con los que jamás se sentaría pero que mueven el gran engranaje del arte, para los cuales el escenario es el gran teatro de la vida, llámese esta plaza, bus, combi, cementerio etc. Me refiero a las orquestas que brindan su arte en los cementerios, en las épocas de siembra o cosecha, a las cantoras de los Santiagos, a los que cantan en los carros con sombrero en mano, a los que pintan retratos en Jr. De la Unión, a las estatuas humanas, artesanos, retablistas, payasos, músicos ambulantes, titiriteros, a los miles de egresados de las escuelas de bellas artes que pintan a pedido y demás que hacen cultura viva comunitaria.

Con más razón olvida a los que están tras la bambalina, a los millones de personas que vivían del ensamblaje que movilizaba el entretenimiento:  desde los que venden los boletos, asistentes, administradores de salas de cine, museo etc. Ni que decir de los informales que para ella deben de ser algo así como fantasmas: los olvidados, los que venden canchita, dulces de algodón, máscaras caseras de superhéroes, entre otros.

Pero este virus es democrático y ataca a todos por igual en economía o salud. Muchas empresas independientemente del giro que sean, van a cerrar sus puertas y otras trabajarán con la cuarta parte de su personal. Siendo el arte el más golpeado debido a que reúnen uno de los requisitos más importantes para su propagación: la aglomeración de personas. Por lo que el escenario que se nos viene es uno apocalíptico, al mismo estilo de las películas de zombis.

Un dato anecdótico y que hay que tomar en cuenta es que mientras el país más desarrollado, que haya invertido en educación, deporte y cultura será el más afectado. Eso explica que España e Italia, países que viven del turismo cultural muestren mayor índice de contagios ya que poseen los mejores museos, lugares arqueológicos etc. En Latinoamérica pues Argentina pese a la inflación que vive no ha dejado de tener vida nocturna y New York peor por ser la ciudad que no duerme y por la agitada vida social que tiene: Teatro Apollo, Brooklyn bowl, The bitter end, Teatro Beacon entre otras hacen que tenga el caldo de cultivo perfecto para la propagación masiva: las cifras lo corroboran.

El cine y todas sus estrellas obviamente también se verán afectadas: adiós alfombras rojas, estrenos. Ahora todo será vía plataformas digitales como Netflix, Hbo y otras que de seguro surgirán. Si antes el premio Oscar no permitía que postulen películas o actores no estrenados en el cine caso Netflix, pues ahora no les queda de otra que aceptarlos. Cambios significativos para los dedicados a este rubro.

Hasta el momento solo hemos tocado una parte del arte, la ligada al entretenimiento y la diversión; olvidamos su otra cara: la ligada a la ciencia y la tecnología. La hija despreciada y a la que menos presupuesto todos los Estados han destinado, pero que en estos momentos están ayudando bastante con la creación de los respiradores artificiales, la limpieza por aspersión, las mascarillas 3D y hasta las caseras. No olvidemos que arte, es todo lo que el ser humano puede crear. Perú hasta antes del COV19 tenía sólo buenas iniciativas que felizmente se están tomando en cuenta. Emociona saber que universidades, conjuntamente con hospitales e Institutos como Senati, están trabajando conjuntamente en innovación tecnológica.

Definitivamente, esta pandemia si que va a dejar mucha enseñanza. Esperemos que CONCYTEC así como los departamentos de investigación de las universidades destinen mayores fondos para poder estar en mejores condiciones para la siguiente pandemia.

Y dije que era democrática porque lo que todos los seres humanos tenemos en común es que comemos, nos enfermamos, tenemos familia y por ende, derecho a la subsistencia. Y no debe avergonzar pedir un bono para los que lo necesitan.
Así que Salinas replantee luego de esta pandemia si durante su cuarentena ha podido pasarla bien, claro con su despensa llena, sin celular, sin Netflix, sin un buen libro, sin una buena música y sobre todo sin una buena comida, porque hasta ahí está el arte culinario. Todo, absolutamente todo es arte por ser transversal a nuestra vida.

Para el siguiente artículo que pretenda escribir, un manual de redacción no le caería mal porque definitivamente no sabe usar las palabras. Que reconsidere su respuesta y de paso, la calidad de sus invitados. Aunque dudo que tome su café con los que obvia.

El panorama no se avizora nada bueno en el corto tiempo. Sin embargo, hay que reconocer que está pandemia está dejando buenas enseñanzas y ha revelado las enormes diferencias salariales que existen. Y dada la coyuntura, han empezado a bajar el sueldo a los jugadores de futbol, y a reconocer la labor de los trabajadores del sector salud, con un modesto bono de S/.720.00.

Para salir de esta debemos de apoyar todos indiferentemente de la disciplina que seamos, y los que tienen maestrías o doctorados, que demuestren que sus estudios no fueron en vano, aunque por ahora sus laureles como diría Hernández, se requieren más en los tallarines.

Para los que trabajamos en el arte, dependerá del esfuerzo conjunto que pongamos en recuperarnos (por lo pronto se ha creado el movimiento “Red de creadorxs y gestorxs artísticos-Perú”), en la magia que nuestra capacidad creativa pueda buscar soluciones, en los sueños comunitarios que tengamos para que no sea tan larga nuestra salida de este hoyo profundo llamado COV19.


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