Magaly Vera*
Del virus COVID-19
se sabe que tuvo su primer brote en Wuhan (China) un 31 de diciembre de 2019.
Pero aún no se tiene información precisa sobre sus orígenes. Los estudios que
ha realizado la OMS [1]
indican que fue transmitido de un animal al ser humano y este ha mutado
rápidamente.
Sólo tenemos
estudios preliminares sobre su origen así que lo que a continuación escribo,
son divagaciones:
La primera
pregunta que me surge es ¿Quién o quienes salen beneficiados con este virus? Y
se me vino a la memoria la leyenda del Conde Drácula, novela del irlandés Bram
Stoker. Se presume que fue basada en Vlad III, príncipe de Valaquia que vivió
por el siglo XV. Obviamente tanto el nombre como la descripción del personaje
remite a un ser maligno y a las historias que surgieron por su peculiar estilo
de mando. Cuentan que desapareció la pobreza de su zona con un método escabroso:
los reunió a todos en un gran banquete, los encerró y quemó. Listo, así de
simple. La excusa perfecta la tiene una oración que remarca que “el fin
justifica los medios”. Además, fue quien contuvo la invasión otomana por lo que
es considerado un héroe nacional. Su crueldad y sadismo linda con lo
inverosímil ya que fue antecesor de Hannibal en disfrutar de la sangre y
torturar a sus enemigos. Personaje que saltó a la fama en la película El
silencio de los inocentes (1991)
El ser humano no ha
cambiado mucho desde entonces. Sin ir muy lejos, tenemos los métodos de
desaparecer la competencia de los gánsteres: los mandaban aniquilar. Hoy en día
eso se llama Monopolio, una forma fina, elegante y sobre todo
“maquillada” en las leyes para desaparecer la competencia.
Entonces queda la
siguiente interrogante ¿Quiénes son los más afectados? Adivinen la respuesta:
Exacto:
En Europa, los
ancianos; en USA, los afros y latinos. También los llamados fallados (disculpen
el término, pero recuerden que son divagaciones) los que no aportan a la
economía y supuestamente son un lastre: los enfermos de diabetes (la plaga
actual ya sea heredada o adquirida por malos hábitos alimenticios), de asma,
enfermedades pulmonares entre otros tantos. Y los niños cuya mala alimentación
no les permite defenderse. Esta matanza masiva fue practicada por varias
culturas. El monte Taigeto es la figura más visible, lugar donde los espartanos
arrojaban a los niños con malformaciones y hace poco se encontró en el norte
del Perú, restos del mayor genocidio de niños, sacrificados en un ritual de la
cultura Chimú[2].
Pero al parecer la
mutación del virus se les ha escapado de las manos, ahora los afectados también
son jóvenes deportistas, personas que no tienen ninguna de esas características
como los reyes de España, la liga de futbol alemana etc.
Dicen que, en las
guerras, siempre hay víctimas justificadas: Obvio.
Entonces ¿Quiénes
ganan?:
En Europa la
directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Legarde decía: “los
ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos
que hacer algo. ¡Y ya!”. Si somos mal
pensamos, pues este virus les resolvió un gran porcentaje del riesgo.
Trump se quejaba
de los afros y latinos, pues este virus también ayudó a limpiar sus
“problemas”. Eso explicaría porque se demoró en proponer el aislamiento. No fue
torpeza, fue premeditación y alevosía. Bueno, como dije estoy especulando como
lo hace La bolsa de valores de New York en pleno explote de la burbuja
inmobiliaria. Además, ya Noam Chomsky lo había bautizado como “bufón
sociópata”.
Y los Chinos lo
único que perdieron fue a sus ancianos. Ya que, si están impulsando la Nueva
ruta de Seda y hasta ahora les fue casi imposible ingresar a varios países
pese a la fabulosa ayuda para financiar sus famosos y veloces trenes
transoceánicos (capaces de unir varios países, mejorar la infraestructura, permitir
el acceso a lugares donde comercializar y de donde extraer productos limpios de
transgénicos). Tanta bondad, causa suspicacia. Ya que luego de esta pandemia,
pues la economía de muchos países quedará tan vulnerable que sería suicida no
aceptar tan generoso apoyo. Ya que sería desdén no mejorar vías, adquirir
equipos médicos y pruebas para los hisopados. Nada de Win to win, ellos
son los que más ganan porque tienen nuevas rutas donde comercializar sus productos
y donde adquirir la materia prima. Su economía se recuperará más rápido que
otros países.
Otros que salen
ganando son las industrias de software. Y para adornar la cereza de la torta:
Adivinen quien financia las investigaciones en vacunas: La fundación Bill y
Melinda Gates. Así que, si demoran
en encontrar la vacuna, pues sus acciones seguirán subiendo a la estratosfera
porque la única solución para evitar la propagación es trabajar on line.
Otra película que
se me viene a la memoria para explicar mejor el escenario actual y futuro del
software es la del Capitán América y el Soldado de Invierno (2014) donde
todo, absolutamente todo quiere ser controlado mediante chips satelitales. ¿Sueños
apocalípticos o sólo anticipos de lo que seremos?
Pero, será Huawei
o Sansumg la que invadirá el cielo cibernético. Corren las apuestas.
No olvidemos a las
multinacionales farmacéuticas de las que se rumora lo peor, sobre todo si se le
vinculan políticamente a una nación en particular.
Lo que nos ocurre
parece una novela de Isaac Asimov, químico, médico y científico, padre de la
ciencia ficción que creía en los agujeros negros, la exactitud de las
matemáticas y el poder de la ciencia. Para los que aun no lo ubican, es en
quien se basan para la filmación de Yo, robot (2004) película que trata
sobre un futuro dominado por robots inteligentes.
Al mismo estilo de
Historia Universal de la infamia (1935) una serie de cuentos de Borges, no
podemos precisar quien fue el creador o el esparcidor de este virus que sienta
un hito en nuestra historia. Y ya que todo es posible en este gran teatro de la
vida, sólo el tiempo dirá, si estas líneas son divagaciones o la realidad
superará la ficción como siempre.
· * C.P.C.,
asesor empresarial, gestor cultural y Directora de economía de la Red cultural
de San Juan de Lurigancho.
[1] Organización mundial de la salud. Disponible en: https://www.who.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019
[2]
El País, 29/08/2019. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2019/08/28/ciencia/1567007173_931680.html
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