Magaly Vera
Gestora cultural y directora de
economía de La red cultural de San Juan de Lurigancho
Hace poco Patricia Salinas,
conductora del programa “A mi manera”, escribió una columna titulada “#Chapa tu bono”
(02/04/2020), Caretas, recuperado de: https://caretas.pe/nacional/chapatubono/ en la
que afirmaba: “Es verdad que la música, el arte, la literatura, sanan el
alma, pero ¿podemos vivir sin ellos? ¡Sí! Porque, aunque son cosas
importantes, no son indispensables”. Obviamente las reacciones de gestores
culturales y/o artistas de diversas áreas (artesanos, mimos, titiriteros,
danzas, actores etc.) se fueron directamente a su yugular. No era para menos ya
que el título era chabacano, y el final: “Dan vergüenza, realmente”, eran un
claro insulto a una realidad que ella desconoce.
En su intento de justificarse
publica otro artículo denominado “Una controversia y una aclaración” (05/04/2020),
Caretas, recuperado de: https://caretas.pe/cultura/una-controversia-y-una-aclaracion/ . Pero le fue peor porque aseveraba lo
siguiente: “Conozco a profundidad no sólo lo difícil que es vivir del
arte en el Perú, sino también su importancia para el desarrollo y bienestar de
un país, si no fuera así, sería absurdo que haya dedicado mi vida a darles voz
a todos los artistas, consagrados o no, que han tocado mi puerta”. Es decir,
supone que conoce el arte peruano y que incluso le debemos que nos dedique
años. Pero lo peor viene luego, ya que indica que se refería a la coyuntura
actual y que “si no se entendió así, lamento la poca claridad”. Encima
graciosa: quiso decir una cosa, y se le entendió otra. La falla en redacción no
es de ella, sino de la poca comprensión lectora nuestra. Habrase visto, al fiel
estilo de Maki Miro Quesada.
Existen muchas Salinas que
piensan que el arte no es indispensable porque para la mayoría lo más
importante es comer. Es por ese razonar que asume que la carta redactada y
presentada al Ministerio de cultura, se resume en cobrar el bono alimenticio.
Para los que desconocen el
contenido de la famosa carta a la que hace mención, son nueve los puntos que
tocan, no sólo el bono:
Salinas incluso se da el lujo de
volver a agredir indicando que los firmantes de dicha carta: “ni para eso andan
unidos”. En parte tiene razón, ya que existen muchas manifestaciones de arte y
mayormente los que firmaron son los integrantes de Cultura viva comunitaria
Perú, una plataforma surgida de diversas agrupaciones de base y que ha
replicado un movimiento que surgió en Brasil y que ahora se ha extendido a toda
Sudamérica con las que trabajan conjuntamente en políticas públicas culturales.
Lamentablemente su trabajo no es del todo visibilizado porque no tienen aún una
página web, sólo están en el Facebook donde tienen mucha actividad mostrando
sus avances gracias a los foros que continuamente realizan. “Chapatubono”,
motivó a que otras agrupaciones que existían aisladamente, se sumen al trabajo ya
iniciado.
Pongo ese preámbulo no por lo que
opine Patricia Salinas en particular, sino porque existen muchas Salinas que
miden a todos los artistas con la misma vara y piensan que muchos han logrado
obtener cierta holgura como para pasarla bien esta cuarentena y que deberían
sentir vergüenza de estarse mirando el ombligo y pidiendo su bono.
Dicen que uno escribe como piensa
y una explicación a su razonar es la “calidad” de sus invitados. Si uno revisa
quienes fueron los afortunados en ser entrevistados por ella, pues se encuentra
con Mickey Rourke, Penélope Cruz, Patch Adams, Eva Ayllón, Cecilia Bracamonte, Cecilia Barraza, Bartola,
Regina Alcover, Damaris, actores, músicos todos medianamente conocidos.
Ni de casualidad se encuentra con los poetas populares, decimistas, o esos
artistas que Daniel Mathews bien retrata en su libro La ciudad cantada
(2016).
Claro, olvida a esos artistas con
los que jamás se sentaría pero que mueven el gran engranaje del arte, para los
cuales el escenario es el gran teatro de la vida, llámese esta plaza, bus, combi,
cementerio etc. Me refiero a las orquestas que brindan su arte en los
cementerios, en las épocas de siembra o cosecha, a las cantoras de los
Santiagos, a los que cantan en los carros con sombrero en mano, a los que
pintan retratos en Jr. De la Unión, a las estatuas humanas, artesanos,
retablistas, payasos, músicos ambulantes, titiriteros, a los miles de egresados
de las escuelas de bellas artes que pintan a pedido y demás que hacen cultura
viva comunitaria.
Con más razón olvida a los que
están tras la bambalina, a los millones de personas que vivían del ensamblaje
que movilizaba el entretenimiento: desde
los que venden los boletos, asistentes, administradores de salas de cine, museo
etc. Ni que decir de los informales que para ella deben de ser algo así como
fantasmas: los olvidados, los que venden canchita, dulces de algodón, máscaras
caseras de superhéroes, entre otros.
Pero este virus es democrático y
ataca a todos por igual en economía o salud. Muchas empresas independientemente
del giro que sean, van a cerrar sus puertas y otras trabajarán con la cuarta
parte de su personal. Siendo el arte el más golpeado debido a que reúnen uno de
los requisitos más importantes para su propagación: la aglomeración de
personas. Por lo que el escenario que se nos viene es uno apocalíptico, al
mismo estilo de las películas de zombis.
Un dato anecdótico y que hay que
tomar en cuenta es que mientras el país más desarrollado, que haya invertido en
educación, deporte y cultura será el más afectado. Eso explica que España e
Italia, países que viven del turismo cultural muestren mayor índice de
contagios ya que poseen los mejores museos, lugares arqueológicos etc. En
Latinoamérica pues Argentina pese a la inflación que vive no ha dejado de tener
vida nocturna y New York peor por ser la ciudad que no duerme y por la agitada
vida social que tiene: Teatro Apollo, Brooklyn bowl, The bitter end, Teatro
Beacon entre otras hacen que tenga el caldo de cultivo perfecto para la
propagación masiva: las cifras lo corroboran.
El cine y todas sus estrellas
obviamente también se verán afectadas: adiós alfombras rojas, estrenos. Ahora
todo será vía plataformas digitales como Netflix, Hbo y otras que de
seguro surgirán. Si antes el premio Oscar no permitía que postulen películas o
actores no estrenados en el cine caso Netflix, pues ahora no les queda
de otra que aceptarlos. Cambios significativos para los dedicados a este rubro.
Hasta el momento solo hemos
tocado una parte del arte, la ligada al entretenimiento y la diversión;
olvidamos su otra cara: la ligada a la ciencia y la tecnología. La hija
despreciada y a la que menos presupuesto todos los Estados han destinado, pero
que en estos momentos están ayudando bastante con la creación de los respiradores
artificiales, la limpieza por aspersión, las mascarillas 3D y hasta las
caseras. No olvidemos que arte, es todo lo que el ser humano puede crear. Perú
hasta antes del COV19 tenía sólo buenas iniciativas que felizmente se están
tomando en cuenta. Emociona saber que universidades, conjuntamente con
hospitales e Institutos como Senati, están trabajando conjuntamente en
innovación tecnológica.
Definitivamente, esta pandemia si
que va a dejar mucha enseñanza. Esperemos que CONCYTEC así como los
departamentos de investigación de las universidades destinen mayores fondos para
poder estar en mejores condiciones para la siguiente pandemia.
Y dije que era democrática porque
lo que todos los seres humanos tenemos en común es que comemos, nos enfermamos,
tenemos familia y por ende, derecho a la subsistencia. Y no debe avergonzar
pedir un bono para los que lo necesitan.
Así que Salinas replantee luego
de esta pandemia si durante su cuarentena ha podido pasarla bien, claro con su
despensa llena, sin celular, sin Netflix, sin un buen libro, sin una
buena música y sobre todo sin una buena comida, porque hasta ahí está el arte
culinario. Todo, absolutamente todo es arte por ser transversal a nuestra vida.
Para el siguiente artículo que
pretenda escribir, un manual de redacción no le caería mal porque
definitivamente no sabe usar las palabras. Que reconsidere su respuesta y de
paso, la calidad de sus invitados. Aunque dudo que tome su café con los que
obvia.
El panorama no se avizora nada
bueno en el corto tiempo. Sin embargo, hay que reconocer que está pandemia está
dejando buenas enseñanzas y ha revelado las enormes diferencias salariales que
existen. Y dada la coyuntura, han empezado a bajar el sueldo a los jugadores de
futbol, y a reconocer la labor de los trabajadores del sector salud, con un
modesto bono de S/.720.00.
Para salir de esta debemos de
apoyar todos indiferentemente de la disciplina que seamos, y los que tienen
maestrías o doctorados, que demuestren que sus estudios no fueron en vano,
aunque por ahora sus laureles como diría Hernández, se requieren más en los
tallarines.
Para los que trabajamos en el
arte, dependerá del esfuerzo conjunto que pongamos en recuperarnos (por lo
pronto se ha creado el movimiento “Red de creadorxs y gestorxs
artísticos-Perú”), en la magia que nuestra capacidad creativa pueda buscar
soluciones, en los sueños comunitarios que tengamos para que no sea tan larga
nuestra salida de este hoyo profundo llamado COV19.