Magaly Vera
Siempre se cree que sólo aquellos que lograron estudios superiores, son los que tienen más oportunidades laborales, y en parte es cierto, pero solo es un slogan. Claro, tampoco hay que pensar que el resto no lograra superarse. También es una creencia que los que mejor hablan, son más inteligentes, ahí también hay un error: ser un buen orador, no siempre significa que la persona sea de lo mejor, la historia nos da la razón con los presidentes que tuvimos. Otra creencia, es que las metáforas, es propia de literatos, pero no. Definitivamente es propia de personas ingeniosas y de inteligencia emocional más fecunda.
Y digo todo esto porque Luciano Huarcaya Huarcaya, rompe todos esos mitos: es maestro constructor y no cualquiera, es asesor en obras de gran envergadura y de ingenieros y arquitectos, su sapiencia se basa en su experiencia adquirida en años. No tiene una maestría universitaria, pero si un doctorado en la vida. Y es un maestro de las metáforas, pese a no haber estudiado literatura.
Pero lo que más me llama la atención de él, es su visión crítica y analítica de la vida, de los procesos políticos y de la coyuntura económica y social. Si alguien piensa que un albañil, no lo sabe, pues craso error. Luciano es uno de mis maestros. Nunca dejo de admirarme con cada frase que dice y que vale la pena reproducir:
Por ejemplo, cuando estamos discutiendo sobre cuál debe ser en el orden en un proceso electoral, pues si quiere decir que planifiquemos, pues es sencillo. Simplemente nos dice que respetemos el orden: “es como si uno desea cocinar algo, primero se preparan las verduras; luego se pone a cocinar y finalmente, se sirve”. Si pues, es así de simple y él, nos lo hace notar.
Si desea decirnos que el comportamiento de alguien está mal o sus ideas están descabelladas, pues simplemente dice: “hay que mandarla a la universidad, pero para que la estudien. Es un caso extraño de la naturaleza sin resolver” (en referencia a una compañera que dejó el grupo impulsor).
Por algún motivo, la comida es el motor de sus figuras literarias, y es que brotan de él en cada conversa y siempre atinada y precisa. Suelta una de sus famosas frases, y si hay tensión, pues la risa que origina, la disipa. Así que es la mejor estrategia que estoy aprendiendo de Luciano.
Si no está de acuerdo con el orden con el que trabajamos, nos advierte: "Los frejoles se tienen que cocinar con tiempo. No vas a ponerte a preparar los frejoles a las 10 de la mañana cuando tienes que almorzar a las 12 del mediodía. Es imposible, porque tienes que remojarlos, hervir bien y prepararlos. Las cosas se tienen que hacer con tiempo no improvisarlas”.
Y cuando nos separamos de una agrupación matriz, se quejó diciendo “es como servir el frejol separado del arroz. No queda bien.” Y tiene razón, nos debilitamos políticamente.
Cada frase suya encierra una enseñanza, es por eso que digo que es mi maestro en ciencias políticas.
No tuve el honor de conocerlo hace mucho, nuestra relación amical se originó hace apenas dos años (finales del 2010), pero creo que el ser ambos de provincia (él de Huancavelica y yo de Junin) y de trabajar ambos en el rubro construcción, nos unió más. Y claro, no podía faltar en su vida, una musa, motor de su vida: su esposa Alidia Albina, sólo a ella no le lanza ninguna frase de doble sentido.
Sólo se escribir Lucianito, así que espero te haya agradado lo que prepare con mucho cariño para ti.
Feliz cumpleaños, maestro.
Magaly, te paso una de Luciano: "y no se olviden nunca, se guarda el trigo sin separar de la paja, el mejor pan sale después de que harina haya pasado por el tamiz mas fino posible de acuerdo a su granulometría". Cuando hizo referencia a tomar en cuenta a las personas que tal vez no opinan como nosotros, o son intolerantes. Es bueno tomarlos en cuenta y luego llegarà el momento del tamiz.
ResponderEliminarGracias Oscar, las voy a incluir. Son las Lucianadas de Lucianito. Lucianadas de lúcidas.
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