lunes, 19 de julio de 2021

Yerbateros, obra de Angeldemonio colectivo escénico (19/07/2021)



Magaly Vera

La obra Yerbateros es un trabajo colectivo de Angeldemonio Colectivo escénico grupo con 20 años de trayectoria. Toda una vida dedicada al arte y con extraordinarias tomas de escenas callejeras mediante el camuflaje o transformaciones variopintas en el gran teatro de la vida, siempre usando Junín como punto de partida. Quizás por eso el traje elegido fue el de los Avelinos, el de los combatientes de una guerra que dejo sus trajes hechos girones como en toda guerra.

En esta oportunidad nos regala la obra Yerbateros, nombre polisémico ya que remite a la zona ubicada en un terminal terrestre, donde confluyen de todas partes a la gran Lima la gris; pero también al Camal de Yerbateros, famoso mercado mayorista de carne vacuna que a su vez invoca a la muerte; y el otro significado es la Yerba o hierba, una planta que carece de tronco leñoso y cuyo tallo es de tejido blando, que puede servir de ornamento o de ritual. Por eso el solo hecho de escuchar Yerbateros nos evoca a nuestras raíces, ya que nadie viene a Lima sin traer consigo todo un quipe de conocimientos y vivencias arraigadas en el alma.

Esta obra narrada en primera persona por Ricardo Delgado nos relata la pérdida de su maestro Dámaso en plena pandemia, para quien hace este un ritual de despedida ya que no solo para él sino para todos fue imposible despedirse de sus seres queridos. Solo nos dejaron las cenizas, no el cuerpo. Y al ser un maestro de Junín pues el único ritual que se puede concebir es el de un pachachi. A diferencia del mundo occidental, el mundo andino no se despide de su ser amado el día que fallece, sino al quinto día cuando rinde tributo a lo que deja. Y no es un día triste ya que la muerte no es concebida de igual forma. En nuestro mundo es simplemente un tránsito a otra materia. Por eso la música y la danza confluyen porque es un homenaje a la vida del que fue.

 

ESCENA

El escenario elegido es una cama, pero no cualquier cama, es una que el maestro hubiese trabajado. Era pintor y el color con el que impregnaba todo era el cedro y es como dice Ricardo, no se sabe si la cama lo eligió a él o viceversa. Lo cierto es que una cama es escenario de una vida completa desde su nacimiento, reproducción y perecimiento. Y lentamente nos va narrando el padecimiento de la enfermedad, el ausentismo de los seres queridos a tal punto que le hizo prometer que no lo dejase regresar nuevamente al hospital. Y no solo es la vejez y el pesar de los años, el deterioro del cuerpo, es toda una vida mostrada en instantes, efímeros, volátiles. Sin darse cuenta, el maestro fue quien cantaba, bailaba, actuaba y sin saberlo fue su maestro y el que lo hizo amar al teatro. Fue matarife en el camal, el cual no solo era su sustento sino también su pesar porque de donde venia, los toros eran dioses a los que se les rendía tributo cada agosto, y en febrero era el Patrón San Sebastián quien los cubría con su santo manto para protegerlos no sólo de la muerte sino también de las pestes. Ese otro ritual al que hacen alusión es el Tayta Shanty uno que es para reestablecer ese orden cósmico perdido por el ser humano al transgredir sus leyes. En donde los homenajeados son los animales a los que se les viste de gala. Las hembras ataviadas con aretes multicolores y los machos con sus corbatas. Es con ese ritual con el que se despide de su maestro, con la magia de un Santiago y una corneta que son cuernos de toro unidos que emiten un sonido triste y prolongado adiós.

Es así como vamos descubriendo la historia de su maestro ya que es una obra participativa. Al final, son los espectadores los que van conectándose con sus ancestros y con esa forma andina de despedirnos: con música, con danzas, con teatro y mascarás como la del Shuto y es que así es la vida: un gran teatro donde cada uno mismo Avelino, el brujo de los andes libra su propia guerra.

Al final, nos queda la duda si Dámaso su maestro existió en realidad, o fue un personaje creado colectivamente para la obra. Si desea despejar la duda, no deje de ver esta fabulosa obra.

 

En escena: Ricardo Delgado Ayala

Dirección: Miguel Rubio Zapata.

Dirección Técnica y Diseño de Iluminación: Igor Moreno.

Artista Sonoro: Abel Castro.

Asistencia de dirección: Augusto Montero.

Producción artística: Angeldemonio Colectivo Escénico. 

Asistencia de producción: Miriam Sernaque.

Fotografía: Mafer Ortiz. Producción: Laura Ortiz. 

Producción General: Angeldemonio Colectivo Escénico

 

 

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