Magaly Vera
Cuando uno lee el
plan de gobierno de un partido político que aspira a la alcaldía, uno debería
encontrar pues mínimo, soluciones a algunos problemas que aquejan a la
población; algunos de forma inmediata, otros a mediano y finalmente otros a
largo plazo. Clasificados por urgencia o por algún tipo de criterio.
Se supone que
quien aspira a tal cargo es porque ha realizado un estudio previo para la
elaboración de su plan, que cuenta con profesionales y/o líderes vecinales en
su equipo de trabajo con quienes lo ha trabajado. Digo se supone porque nuestra
realidad nos ha acostumbrado a ver que quienes ingresan a tal cargo, al mismo estilo
que los cuellos blancos del puerto, lo primero que hacen es tender redes para
vender las obras públicas al mejor postor o devolver el “apoyo” a su
candidatura; Poner en gerencias, no personal calificado por meritocracia, sino
por otros “principios”. Y cual es el resultado: tener un distrito que no
progresa y que se suma en la más profunda corrupción donde lo único que se
incrementa, es el patrimonio de los que ingresaron.
Es por eso que es
de vital importancia que la población misma trabaje en su visión de distrito.
En San Juan de Lurigancho, diferentes organizaciones sociales, vecinales,
instituciones locales y la sociedad civil ha tenido a bien trabajar en su Pacto
de gobernabilidad, un documento en el que han trabajado por más de seis meses. En
el que no solo se ha sumado la población misma, sino jóvenes entusiastas de
otros distritos quienes no solo brindaron su tiempo sino también su experiencia.
Y no ha sido
tarea fácil porque buscar consenso entre diferentes agrupaciones, de diferencias
generacionales evidentes como los de los grupos culturales y los del adulto
mayor, de diferente incluso credos y opción sexual, ha sido muchas veces hasta
tensa; pero la esperanza de ver y vivir en un lugar digno, democrático, con mejores
oportunidades incluso de trabajo, y que permita mejorar nuestra calidad de
vida, fue lo que logró lo imposible. A
eso se sumo el no tener la logística necesaria como el local de reunión. La
parroquia San Marcos es quien desde un inicio prestó sus instalaciones pese a
la agenda recargada que tiene. Incluso en la etapa final cuando ya se tenia
todo listo para realizar la firma del pacto en el local del CERTUS, y este
declinó en ceder su local, pues nos apoyó con su auditorio donde finalmente
este viernes 14 de setiembre, se realizará la firma del Pacto de gobernabilidad
de San Juan de Lurigancho 2019-2022. Fueron mas de dos
veces que por esos problemas el grupo de trabajo denominado grupo impulsor del
pacto de gobernabilidad casi se disuelve.
La primera tarea
de este grupo ha sido identificar los problemas que aquejan al distrito más
poblado de Lima. Luego se procedió a clasificarlos en cuatro dimensiones de desarrollo
humano: Social, Económico, Urbano-Ambiental y Político-Institucional. Dado que
no se tenía una guía metodológica, se contó con el apoyo incondicional del
señor Félix Guillen y la asesoría de los que ya antes habían trabajado Pactos
en gobiernos anteriores. En la clasificación también hubo roces debido a que
algunos consideraban que el eje mujer no debería existir, solo el eje familia. Primo
siempre la democracia. Y temas tan álgidos como el de las invasiones de las Lomas de Mangomarca, el de cultura viva comunitaria, etc. han sido tomadas en cuenta debido a la participación de entidades como Barrio Digno, Red cultural de San Juan de Lurigancho, Centro Mujer Teresa de Jesús, Haz tu mundo verde, la lombriz feliz, Coordinadora ancha de base de Campoy CABC, CDPJ-SJL, SJL en acción, Coordinadora distrital de salud SJL, Red de mujeres productoras de SJL, Punto aparte, Codeco, Cedal, Flora Tristán entre otras tantas. Finalmente quedaron 13 compromisos y 76 acciones de desarrollo
integral local, porque no solo se limitaron a la problemática de San Juan de Lurigacho, sino a proponer soluciones. Para ello se formó comisiones de trabajo distribuyendo los grupos y/o
asociaciones en las dimensiones señaladas. Cada quince días se presentaban los
avances. Finalmente la comisión de sistematización fue la responsable de
unificarlas, evitando duplicidad de temas.
El trabajo final no
solo consiste en que el candidato firme el pacto, sino que lo cumpla una vez
que sea elegido alcalde. La firma del Pacto es un compromiso de cumplimiento.
La tarea de este equipo no termina este 14 porque luego se inicia la etapa de
seguimiento. Esperamos en esa otra etapa se sumen mas agrupaciones y/o vecinos luriganchinos.
A este magno
evento se ha invitado a todos los partidos políticos, solo la candidata Julia
Cahua del partido político Vamos Perú ha rechazado la invitación. Los motivos,
no lo sabemos, pero esperamos que cambie de opinión ya que la invitación sigue
en pie.
Ver a este grupo
humano trabajar de la forma como lo han hecho, me hace pensar que esta vez
nuestro electorado será más cauto y no se dejará sorprender con candidatos que
solo ven el cargo de alcalde como un negocio, donde invierten dinero para
recuperarlo en cuatro años; que no seleccionarán a ciegas, sino que se
informarán de las hojas de vida. Tampoco es mucho pedir que los planes de
gobierno sean simples copias de las páginas de Wikipedia, de otros distritos e
incluso del rincón del vago. Y que las excusas sean las mismas de siempre: no
es copia, es plagio o que las mentiras deben ser tomadas en su contexto. No,
estamos cansados de lo mismo.
Que este trabajo tan disciplinado no sea solo un
papel más, es tarea de todos. Ejerzamos nuestra ciudadanía con responsabilidad.
No es mucho pedir ya que lo que esta en juego: es nuestro futuro.
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