Magaly Vera
Estos últimos meses hemos presenciado varias protestas en las calles y eso de un modo u otro nos revela que los peruanos ya no están temiendo a las represalias. Suponemos que eso es gracias a las advertencias de Human Rights Watch, Amnistía Internacional y de la Corte interamericana de Derechos humanos sobre como el Estado peruano apaciguó las anteriores: disparando de frente y terruqueando. Nadie creyó el cuento de las balas dum-dum ni de los ponchos negros ni de los chasquis voladores.
Sin embargo, las declaraciones dadas estos días por el primer ministro Otárola y la presidente, sugieren que no han entendido absolutamente nada de lo que se les dijo y hasta ahora no inician las verdaderas investigaciones sobre los responsables de las más de 60 muertos, menos bajan la intensidad de sus discursos ni el tenor ya que siguen indicando que las marchas son lideradas por terroristas. Que dirán de la marcha del orgullo gay, con qué historia trillada como las de Netflix nos saldrán ahora.
La incomodidad de los peruanos es por cómo es manejado nuestro país: comercio paralizado en todas sus áreas. No hay proyectos que activen la economía, sólo paliativos momentáneos. No es para nadie novedad que gran parte del presupuesto se va en lavarle el rostro excrementado a nivel internacional por todo el desmadre realizado por este gobierno con el tema de librarnos del terrorismo, y en mejorar las instalaciones hospitalarias del congreso, cuando todo el norte pide ayuda en infraestructura y cuando estamos siendo azotados por las plagas del niño costero, encima el dengue que sigue arrasando por la inoperancia de los ministros seleccionados. Dina va ganando en cambios de ministros a Castillo y acaba de ser catalogada como la peor gestión que la de su antecesor. ¡Auch! eso si debe doler ya que es más preparada, pero eso de que le sirve: solo esta amparada por el poder militar y su probable convenio con los que desean mantenerla en el poder. A eso se aferra ya que apenas salga, le espera un proceso por delitos de lesa humanidad como la de Alberto Fujimori. No somos ingenuos en pensar que la presidente tuvo mando y no comando o que desconocía lo que sus subordinados hacían. Hace poco declararon contradiciéndola y si se le ve ahora más pegada a los eventos militares, pues tome nota de como la saludan: “a la presidenta de la República y jefe de las fuerzas armadas”. Eso ya es un indicativo de “toma que me das”. Una relación basada en el temor, puede romperse en cualquier momento.
Pero demos una revisada a las últimas protestas:
La del 24 de junio: marcha contra el congreso de la República
A esta marcha se dieron cita diversos colectivos ciudadanos, estudiantes y sobre todo jóvenes y fue básicamente contra el congreso tras inhabilitar a la ex fiscal de la Nación, Zoraida Avalos tras revelarse en varios medios digitales, sus verdaderas intenciones que es tomar el poder judicial.
Si bien no tuvo mucha acogida, hay que tener en cuenta que esta fue la primera marcha de los que viven en Lima que en las marchas pasadas no se les vio ya que estuvieron plagadas de provincianos.
Ahora el tema que los congregó no sólo son las matanzas, es todo lo que viene ocurriendo: la toma del poder electoral, la desaparición de la SUNEDU, el cambio en varios artículos en la constitución entre otros tantos atropellos que se realizan a nuestra tan alicaída Constitución que está haciendo que la protesta sea generalizada.
La del 28 de junio: Marcha de todas las artes
Las cuatro escuelas de arte como la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes (ENSABAP), la Escuela Nacional Superior de Folklore José María Arguedas, la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD) y la Escuela Nacional Superior de Ballet (ENSB) alzaron su voz de protesta por el recorte de su presupuesto en más del 60% para el periodo 2024-2026. A ellos se sumó los alumnos de la Universidad Nacional mayor de San Marcos y la Universidad Agraria por recorte de espacios en el departamento de Junín, algo similar ocurriría si deciden construir la Universidad tecnológica de San Juan de Lurigancho que les recortaría espacio a San Marcos.
Hay que tomar en cuenta que las artes fue el sector más castigado durante la pandemia ya que fue el último en aperturar sus actividades. Fue extraño ver a artistas consagrados dedicarse a menesteres que no eran sus rubros porque de algo se tenía que sobrevivir. Así que este recorte castiga al sector más maltratado.
Si bien algunas manifestaciones no pudieron estar vigentes durante la pandemia, el cine y la música sí a través de las plataformas digitales. Esto a su vez hizo replantear las formas de presentación de ahora en adelante. Y es el arte y la cultura con lo que ahora se meten, lo más subversivo que hay ya que subvierten la realidad, pueden mostrar los otros metaversos que coexisten en este mismo espacio y que demuestran que si es posible un mundo mejor. No es difícil gobernar derecho. Es destinar fondos a los lugares correctos, es solo usar simple lógica. No olvidemos que una novela fue lo que cambio la historia de Rusia y que Fuente ovejuna puede dejar de ser ficción. La realidad siempre supera la ficción. Quizás por eso apenas hicieron esta estupidez, al instante lanzaron convocatorias para postular a fondos destinados a la cultura.
Un país sin artes, es un país sin sueños, doblegada y nuestra historia nos ha demostrado que ya hemos derrocado a las dictaduras.
La del 2 de julio: del orgullo gay
Esta marcha estuvo no sólo integrada por la comunidad LGBTQ+ sino por personas que acudieron para apoyar el atropello a sus derechos como ciudadanos y a reivindicar la diversidad sexual y de género. A tomar en cuenta eso ya que no parecían terroristas para nada, ya que su lema es el amor. Cabe señalar que esta marcha fue un éxito rotundo por la cantidad de gente que logró congregar y que es preludio de la que se nos viene.
La del 19 de julio: La toma de Lima
Si bien las otras tomas han sido ninguneadas por la poca afluencia de público limeño y por ser de provincianos, no se debe subestimar toda la rabia contenida que aflorará esos días ya que la calle es el único medio que tenemos para mostrar nuestra indignación porque hasta los referéndums podrían estar amañados. A estas alturas ya nada es imposible y como decía Manuel Gonzales Prada: “por donde se pone el dedo, salta la pus”.
A esta marcha se supone que asistan por diferentes temas: la restitución de Castillo es una de ellas y la más cándida, el resto es el adelanto de elecciones. Considero que si las anteriores Tomas, no tuvieron una cabeza que lidere, al menos esta debe tener un solo lema que seria el adelanto de elecciones nada más, debido a que lo del cambio de constitución no va por el momento. Esta vez esperemos que las represalias sean tomando en cuenta las recomendaciones dadas por los organismos internacionales cuyos pactos no pueden desconocer. Aun si renunciamos a estos, tienen vigencia este año. Y si siguen ninguneando y echando la culpa a la camarada XX, al menos que sus cuentos sean más realistas porque ya lindan con libreto de los cómicos ambulantes. Esa del general semiótico fue tan divertida que hasta los payasos salieron a protestar por competencia desleal.
Y el 19 de julio es una fecha histórica, no fue elegida al azar, fue la antesala al proceso de transición de la convocatoria a la Asamblea Constituyente de 1979 y las elecciones generales de 1980. Fue tan masiva esta manifestación que forzó la caída del régimen militar de Morales Bermúdez, cita a la que acudieron la recién formada en ese entonces Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), la Federación Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú (FNTMNSP) entre otros sindicatos. El escenario fue casi similar: dictadura (aquí congresal), crisis económica e inflación.
¿estas protestas sirven de algo? Claro que sí, son las encuestas callejeras. Para nadie es agradable vivir arrodillado, Inti y Brayan y los más de 60 asesinados nos lo recuerdan.
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