Magaly Vera
Claro que sí, es como su documento de
identificación, su carta de presentación. Ahí se resume parte de su pasado y de
su visión. Obviamente no todos fueron creados con esa intención dado que muchas
letras remontan a un determinado periodo de vida de un país. Sin ir muy lejos
en nuestro país, se debió a un concurso público convocado por Don José de San Martín
un 7 de agosto de 1821. Es decir, mucho antes de la abolición de la esclavitud por
Ramón Castilla (03 de diciembre de 1854) y de proclamar a nuestro primer
presidente. Eso explica los cambios que ha sufrido desde entonces, que no han
sido muchos, pero sí significativos.
Ya estábamos acostumbrados a cantar el coro y
la primera estrofa, ahora se nos impone la sexta estrofa. Y por mí está bien ya
que la frase:
“Largo tiempo el peruano oprimido
la ominosa
cadera arrastró
condenado a una
cruel servidumbre
Largo tiempo en silencio gimió”
me remitía una visión de un peruano que sufre y hasta me hacía recordar
el coro de Tongo “sufre peruano sufre”. Enhorabuena ya no me veo obligada a
cantarlo en evento alguno. Y es que uno debe de estar convencido de lo que
entona como himno y yo, para nada me sentía identificada con esa letra. Eso
explica la actitud del jugador de futbol americano, Colin Kaepernich (no entona
el himno americano) que ha sido imitado por varios de sus compatriotas. Y no es
para menos, todo lo que ocurre estos últimos años a la comunidad afro (lo de
Minnesota, Luisiana y Dallas) no es para pasar por algo ningún detalle mucho
menos el de un himno cuya letra a la que hace referencia dice:
¿Y dónde está esa franja a la que tan ostentosamente
juraron
Que los estragos de la guerra
y la confusión de la batalla
Un hogar y un país no deberían
dejarnos más?
Su sangre ha limpiado la
contaminación de sus sucios pasos.
Ningún refugio podría salvar a
los mercenarios y los esclavos
Del terror de la huida, o de
la tristeza de la tumba:
Y la bandera estrellada,
triunfante ondea
Sobre la tierra de los libres
y el hogar de los valientes.
Para muchos, su
interpretación es una exageración; pero para otros no ya que un país debe de
ser consecuente con lo que pregona y más con lo que entona día a día en cada evento.
Los tiempos han
cambiado y esa letra data desde 1814 (1831 año en que fue oficialmente
adoptada).Tómese en cuenta que en aquel entonces jamás se hubiese imaginado que
un afro o una mujer llegasen al poder, por lo que considero debe de ser
cambiada. Ya los cambios realizados en la Constitución por Abraham Lincoln fueron el
primer paso, los otros actos son la solicitud de perdón del gobierno de Estados
Unidos a las comunidades nativas por los atropellos que cometieron contra ellos
en el pasado, el 2008 el congreso americano pidió perdón a los afroamericanos por
la esclavitud, (la lista es larga pero solo me detengo en unos cuantos) y este
2016 se inauguró “La campana de la libertad”, el primer museo nacional de la historia
y cultura afroamericana.
Otros cambios que para
muchos no es significativo, pero que para otros sí, es que luego del ascenso de
Obama a la presidencia, por primera vez Disney introduzca una princesa afro (El
sapo y la princesa), ya antes nos había presentado a una princesa indígena
norteamericana (Pocahontas), siguiendo
esa línea de innovaciones, este año se presentará la primera princesa Latina:
Elena de Avalor. Para los cinéfilos
claro que es un gran paso ya que las películas son una especie de ablandamiento
y trabajo psicológico de tolerancia al otro que es diferente e igual a la vez que uno.
No para todos la letra
de un himno es importante, porque resalta muchas veces solo el honor a un país,
por eso Los Testigos de Jehová jamás la entonan, ya que el único al que deben
hincar rodillas o rendir honores, es a su Dios Jehová. Pero al margen de esa
interpretación, un himno debe ser un canto con unas letras que uno las entone
con orgullo porque no ofende a su par: un ser humano sin distingo de raza, sexo,
credo, color e idiosincracia.
Por eso les dejo este
vídeo, en el que se demuestra que nadie es de raza pura, todos tenemos el mismo ADN
genético: el de la Eva afro. Es resumen: todos tenemos el mismo origen, la misma historia, hemos pasado por el mismo dolor de ser
humano, tenemos la misma sangre y el mismo corazón. Como entonces explicar
nuestro afán de creernos superiores a otras razas. Sigo con la frase: “somos
seres complejos y muchas veces irracionales”.
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