Magaly Vera
Las encuestas de intención de voto
daban como ganador a Castañeda con un porcentaje
que superaba ampliamente al resto de contrincantes, pese a que era un candidato
cuestionado: Primero por el tema Comunicore, luego por cobrar doble sueldo y
finalmente por licitar solamente con empresas internacionales, lo que no
permite que las auditen hasta ahora. Es decir, todo lo contrario a la gestión
de Susana cuya gestión ha ganado varios premios.
En el 2012:
·
Premio a las buenas prácticas en Gestión pública. Categoría: Incidencia pública.
En 2013:
·
Premio a las buenas prácticas en Gestión pública. Categoría: Transparencia y acceso a
la información.
·
Premio a las buenas prácticas en Gestión pública al Instituto Metropolitano de
Lima en la Categoría: Gestión ambiental
efectiva.
·
Premio a las buenas prácticas en Gestión pública a la Línea 1 del Metro de Lima en la
categoría: Servicio de atención al ciudadano en entidades privadas que
administran bienes públicos.
En el 2014:
·
Premio Interamericano a la Innovación para la Gestión Pública Efectiva 2014, en la
categoría ‘Coordinación Institucional’, organizado por la Organización de los
Estados Americanos (OEA).
·
Premio a las buenas prácticas en Gestión pública en la categoría Consulta y
participación ciudadana por “Educación para la participación y organización de
la niñez de Lima Metropolitana”.
·
Premio a las buenas prácticas en Gestión pública en la categoría: Promoción de la
cultura e identidad a SERPAR por “CREA LIMA: La Red de Centros Culturales de
los Parques de Lima”.
·
El reconocimiento "Estándar BRT ORO" otorgado por el Institute for Transportation& Development Policy. Lo que nos permite ubicarnos dentro de la jerarquía
de las mejores prácticas internacionales en un Sistema de Bus Rápido.
Además de los cuantiosos premios a su
gestión, ha realizado el doble de obras que Castañeda en su primer gobierno.
¿Qué pasó entonces? ¿Por qué Lima le
fue ingrata? El electorado limeño no es
impredecible. Son muchos los errores que cometió Susana y que explican porque
le dieron la espalda esta vez:
Primero, y el más grave de todos: no
tuvo buena comunicación con la población. De seguro luego se verá que es porque
estuvo trabajando, pero entonces ¿por qué el apelativo de Lady Vaga? Como dijo Joseph
Goebbels: “miente miente que algo quedará” y esa fue la estrategia usada contra
ella. Todo su equipo no pudo contrarrestar ese apelativo por el que casi fue
revocada. Es que los dos primeros años definitivamente eligió mal personal.
Recién el tercer año puso el idóneo, pero ya la sensación de vaga había calado
hondo. De nada sirvió incrementar personal en varias gerencias como la de
participación vecinal. Lima la apoyo en
lo de la revocatoria, pero no le dio una tercera oportunidad.
Segundo, su alianza con Perú Posible. Un partido cuyo líder afronta una investigación fiscal por presunto
enriquecimiento ilícito por las famosas compras inmobiliarias realizadas por su
suegra y en donde cayó en diversas contradicciones que lo delataban como
culpable; ya que cada versión que daba, solo aumentaba la desconfianza a sus
argumentos por los peruanos. Susana de no tenerlos como aliados hubiese podido
usar el slogan usado en su primera elección: los corruptos contra los no
corruptos; por tener de un lado a los Fujimoristas y apristas; y del otro,
personas sin tacha alguna. Pero con esas amistades peligrosas, difícil
asociarlos. Fue hasta divertido ver en la entrevista con Beto Ortiz, como
Augusto Rey intentaba limpiar un poco todo el lodo que traía consigo Pilar
Freitas. Sí, la misma por la que marchó semanas antes en contra por la
repartija del Tribunal Constitucional. Y hasta era cómico intentar hablar
de la experiencia de Freitas y Toledo en
temas de gestión pública. Ecoteva, la cruz que cargo Toledo estos últimos años no solo
manchó su curricula, sino que casi lo sepulta políticamente. Aunque quien sabe.
Si ganó Castañeda, García, cualquier cosa puede pasar el 2016.
Tercero, errores en la estrategia de
marketing. No se puede comparar la estrategia de Favre con
la de Xavier Domínguez. Favre ponía la nota humana, el otro solo vendía el
producto. Ni siquiera se percató del gran detalle: nadie asociaba el Número 1 con
Susana Villarán, ni por el tipo de letra ni por los colores, menos con la chalina
verde. Fue muy tarde cuando se percataron de tremenda falla en el intento de
reelección. Ni las iniciativas como las de la mamá de Ivo Dutra, en las que
atacaba a Castañeda les generaron simpatizantes ya que solo victimizaban más a
un candidato mudo.
Cuarto, la participación de Susana en
los debates. En el primero paso desapercibida y en el segundo, no respondió la
pregunta de Altuve, dejando a los televidentes un sabor de que ella también era
corrupta. Fue Beto Ortiz, quien en una extensa entrevista, le permitió
contestarla y Susana, recién ahí pudo aclarar la y las preguntas dejadas al aire por Altuve.
Porque no solo fue el tema del transporte, sino todo lo que ello significa:
ella también es corrupta al firmar los contratos de Orión. Susana demoró en explicar que Orión tiene licitaciones en su provincia
Callao, no en Lima. El gran triunfador
de esa noche, definitivamente fue Enrique Cornejo quien se dio el lujo de dejar
a Castañeda como improvisado y sin proyecto alguno para Lima. Susana en cambio
trataba de zafarse del apelativo de
ociosa, perdiendo valioso tiempo en mostrar su estrategia para Lima. Los
entretelones del debate mostraron a una Susana sola, sin asesores ni militantes
que la apoyen y eso, también fue nefasto.
Quinto, un mal cálculo político en el
inicio de operaciones del Corredor Azul. Por más que Gustavo Guerra con su voz aguda
nos afirme que esa fue la estrategia. Considero que fue la peor fecha, ya que
todo Lima se sintió atacada en su bolsillo y en el desconcierto por no saber
las nuevas rutas. Nuevamente falló la comunicación y no tener un plan de
contingencia para los alimentadores. A nadie en ninguna parte del mundo, le
agrada que le pongan orden y sin plan alternativo. Y Lima respondió.
¿Somos electarados por elegir
corruptos como nos ha bautizado Alditus Mariategui? No. Steven Lewitsky nos
ilustra al indicar que los “peruanos no son estúpidos. Ni en Cajamarca ni en
San Juan de Lurigancho. Ni siquiera en San Isidro (…) cada vez que se elige
alguien que a él no le gusta (o sea con frecuencia)…”. Los peruanos muchas
veces votamos con el hígado. A nadie le gusta que le ordenen la vida. Uno tiene
derecho a vivir o sobrevivir como le dé la gana y claro, siempre dando la
contra a lo establecido. Si nos dicen “prohibido botar basura”, pues justo ahí
decidimos almacenar nuestros desechos. Lo mismo si ponen “no estacionar” o respetar un paradero. Susana
definitivamente cometió ese error a puerta de las elecciones. Muchos e incluso Cornejo
están a favor de la reforma del transporte, solo que con planificación y
comunicación de las rutas alternas de todos los que quedaron fuera de esa
licitación. O cree que es cómodo caminar cuadras de cuadras para encontrar bus
para su casa. Hasta suena a mofa cuando indican que “caminar es bueno para la
salud”. Claro, si quien lo dice tiene su propia movilidad.
Dudo que pese a este portón en la
cara Susana desaparezca del escenario político. Su partido (si se puede llamar
así a Fuerza social) según Sigifredo Velasquez está trabajando con miras al 2016.
Ganó Castañeda, pero yo dudo que sea
por un apoyo a su gestión, sino es respuesta a un desencanto por la política,
cuyos líderes están en su mayoría purgando condena. Así que en un país donde
reina la corrupción, donde un candidato afirme con desfachatez que roba, que “Sí
efectivamente, pero lo que yo robé compartí con ustedes”, que ya parece otra
versión de la película “Sin city”, elegir un corrupto: es simplemente poner una raya más al tigre y
no se nota. Susana fue quien desentonó al decir que era honesta y hacía obra.
Nadie a estas alturas puede creer que eso sea cierto porque la historia lo ha
desmentido cada cuatro o cinco años.
Solo espero que esos reflectores que
estuvieron enfocándola con lupa de aumento en cada paso u obra que hacia, con
la misma intensidad y luminosidad las direccione a la nueva gestión que ya de
antemano sabe que lo tildan como el político tradicional “que roba pero hace
obra”.
Así que les dejo la pregunta ¿ganó
Lima? solo lo podremos saber al finalizar su tercer mandato.
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