Magaly
Vera
El tema de
discriminación en nuestro país, está siempre latente y sale a flote cada vez
que algún conductor de televisión tiene un desatino verbal. Pero, las
reacciones no son de los directivos de canal o del programa mismo. Es decir no
hay la tan llamada autorregulación. La regulación la hacemos los que vemos la televisión
y nos sentimos agredidos. Allá arriba, queda como algo anecdótico nada más. Si
Johanna San Miguel hubiera dicho a la novia de Martín Farfán: “hay que tener
estómago para ser la esposa”, solo porque él no cumple el prototipo de belleza
que ella tiene y en un bloque de noticias; en otros países, la hubieran
retirado inmediatamente. Pero estamos en Perú, un país en donde las leyes han
sido para ser vejadas. Ella volvió a discriminar esta vez al físico de las
mujeres, señalando que “las mujeres más bellas están en esto es guerra, y que
las demás son un chancay remojado en baba”. Y ¿Cuál es el prototipo de belleza
que según ella se debería de tener? Ella que antaño fue gordita y presumía de
ello. ¿Cuál? Pese a tamaña
discriminación a la belleza femenina ¿por qué no le dicen nada sus productores?
Lamentablemente, nunca le dirán nada, porque sus comentarios racistas, generan
rating. Lo mismo sucedió con Carlos Cacho, nadie le dijo nada cada vez que ofendía
a las mujeres. Lo sacaron porque su programa no fue rentable. Otro hubiese sido
el cantar si hubiese logrado ocupar el vacío que dejó su archienemiga Magaly
Medina. Hubiese sido el nuevo Dios televisivo, el intocable, pero felizmente su
reinado fue efímero.
Pero ¿Cómo
debería ser la mujer representativa del Perú? ¿Cómo creen ustedes que deberíamos
serlo? La belleza señores no es un modelo a seguir, no es un 90-60-90, es más
que eso. Es imposible pedir a un programa de diversión,
que ilustre en ese tema. Y lo entiendo en parte ya que si uno quiere
ilustrarse, pues debería ver un documentar y no “esto es guerra” o cualquier
otro programa de competencia física o cómico. Pero si no van a ser educativos,
que al menos fomente valores. El concepto de belleza no lo dicen, pero si lo
dejan entrever cuando contratan ex-misses y modelos. ¿Hay acaso alguna que
destaque por otra cosa que no sea sólo su físico? Bueno, revisen sus respuestas
a simples preguntas de historia. Que tal contraste con la puka, la cholita
que ponen con un dejo al hablar, regordeta, enamorada eterna de un tipo que
nunca le hará caso y encima torpe. Si pues, ese es el
concepto que nos dan de la chola peruana en esos programas.
La otra
chola que se ve en la televisión es La chola Chabuca, que por cierto no es una
dama, es un drag queen versión peruana. Personaje pícaro, que tampoco pronuncia
bien el castellano y que encima, es varón.
La paisana
Jacinta es la otra versión que tenemos de las cholas peruanas. Tiene sus
detractores, pero también sus defensores acérrimos porque es la versión mal
copiada del chavito mexicano, solo que en versión femenina: la pobre mujer que se
mete en problemas por no entender bien el castellano. Pero su ingenuidad no es creíble
debido a que su léxico está plagado de lisuras de alto calibre. ¿Acaso las
cholas somos lisurientas, torpes de entender el castellano, sin dientes, sucias
y con olor a queso? El programa fue concebido para entretener y discrepo de la
presentación de su versión de chola peruana ya que yo soy chola también y jamás
me sentiré identificada con ese personaje grotesco, caricaturesco y chabacano
de mi misma. Lo malo es que está de moda lo grosero y ya hasta los niños
identifican a una chola de esa forma. Y eso sí que para mí, es indignante ya
nací y viví entre polleras. De mi abuela aprendí a tener el ego en alto y a no dejarme pisar el poncho jamás. De ellos aprendí a tener respeto por la
naturaleza ya que son nuestros hermanos. De ellos aprendí a amar las mulizas y
huaynitos ya que eran mi música de cuna.
¿Qué? ¿Acaso
no hay otras versiones de cholas? Si las hay. ¿Quién dijo que no? Tenemos a
mujeres brillantes que no han tenido que recurrir a cambiar su apariencia, por
el contrario, son mujeres admirables: tenemos a Magaly Solier, una gran actriz
a la que Martha Chávez dijo que se victimiza por su origen étnico para tapar su
pésima capacidad actoral. Claro, ella no es directora de teatro pero si ya
Manuel Siles ha aplaudido la gran
versatilidad de Magaly. Él, que acaba
de dirigirla en “Extirpador de idolatrías”, película que ha sido nominada a 3
premios en el Festival Mundial. Si nuestra
madre de la patria Martha, duda de la capacidad de una chola ¿imaginen el
concepto que tiene el resto de una chola?
Inés
Melchor y Vilma Arizapana son otras mujeres aguerridas que han logrado éxito en
el deporte. No en vano Inés está considerada entre las diez mejores fondistas
de Latinoamérica.
En
literatura, tenemos a la tacneña Giovanna Polarollo, poeta, guionista y
ganadora de muchísimos premios por los guiones de varias películas como “No se
lo digas a nadie”, “La boca del lobo” y de “Ojos que no ven”, y un sinfín de escritoras de provincia.
En música
pero sobretodo en coraje para afrontar las vicisitudes que la vida les dio,
destacan muchas como Edita Guerrero, Dina Paucar, Dámaris,
Rosaluz la flor morena de la canción criolla, Eva Ayllón entre otras más.
La lista
de mujeres que no destacan por su físico “estándar” es larga y me tomaría páginas
enteras. Todas, todas ellas son mujeres ejemplo de vida. El arte, la
inteligencia y el coraje, no tienen color ni raza.
Así que no
es cierto cuando Beto Ortiz, dice que el personaje de la paisana Jacinta, es
otro más que alude al cholito llorón y pobre. Si pues, el ilustre Beto hace
referencia a Paco Yunque, al personaje más conocido por los niños. Pero el tema
que trabajó Vallejo, fue el mostrar la injusticia en un contexto de nuestra
historia en donde la discriminación no era tema importante. Su personaje, el
que sufría de bullying me recordó a esos niños que fueron violados por un pollo
a la brasa y que callaron la injusticia que sufrieron. Hasta cambiaron su
versión. No, tampoco me refiero a él en un episodio de su vida. No pues, que no
se alucine el Humberto Grieve. ¿La realidad supera la ficción no Beto? Y ¿Cómo
puede creer que para crear un personaje sufrido, uno tiene que sufrir o
alucinar? Para el que escribe, el trabajo de la palabra, representa un 99% y la
inspiración solo un 1%. Siguiendo su hipótesis, él bien puede escribir sobre
violaciones … de derechos digo. Yo también le recuerdo que el personaje que
menciono, no existe, es producto solo de lo que escribo, que no se dé por
aludido.
Entiendo
el malestar de Hilaria Supa, pero nada se puede hacer si la vulgaridad vende,
da rating. Y como todo programa, vive de lo que puede vender. La única forma de
protestar: es cambiando de canal. Nada más simple que eso. Y haremos lo que le
pasó al desaforado Mil disculpas: los mandaremos al cacho.
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