lunes, 21 de julio de 2014

Sobre la oración (12/05/2014)



Magaly Vera

Primero debemos definir que es la oración. No pretendo ni pretenderé dar un concepto exacto debido a que cada religión, maneja un concepto particular. Por eso sólo voy a limitarme a cuatro conceptos ya existentes que me parecen interesantes:

1.       La de los Testigos de Jehová:

   LA ORACIÓN NOS ACERCA A DIOS.

Aunque la Biblia dice que Jehová “lo sabe todo, también explica que no le basta con tener información general de sus siervos (Salmos 139:6; Romanos 11:33). Su memoria infinita no es como la de una computadora, que se limita a almacenar datos. No, él se interesa sinceramente hasta en nuestros pensamientos más íntimos, pues desea tener una amistad estrecha con nosotros (Salmos 139:23-24); Santiago 4:6). Por eso es que Jesús nos anima a orar aunque Jehová conoce bien nuestras necesidades (Mateo 6:6-8). Mientras más nos acostumbremos a hablar con el Creador de lo que pensamos, más cerca será nuestra amistad con él.

Puede que a veces no sepamos exactamente que pedirle a Dios. O quizás no podamos expresar nuestros sentimientos. De todos modos, él puede verlos y usar el conocimiento perfecto que tiene de la situación para atender las necesidades que tenemos (Romanos 8:26-27; Efesios 3:20). Entonces, cuando nos damos cuenta de que Dios ha intervenido en nuestra vida, a veces de forma sutil, nos sentimos más cerca de él. “

En revista: “La Atalaya” del 1 de Abril 2014. Watchtower Bible and Tract Society of New York, Colombia. Página 5.

 

2.       De la iglesia Católica:

 “La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno, f.o.3)¿Desde dónde hablamos cuando oramos?¡Desde la altura de nuestro orgullo y de nuestra propia voluntad, o desde “lo más profundo” (Salmos 130:14) de un corazón humilde y contrito? El que se humilla es ensalzado (Cf. Luc 18:26). La humildad es la base de la oración. “Nosotros no sabemos pedir como conviene” (Rom 8:26). La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es mendigo de Dios (Cf. San Agustín, serm 56,6,9).”


3.       La de los cristianos evangélicos:

La oración en la visión:
                                   La oración en Mateo 9:37-38 nos explica que Jesús al ver las multitudes tuvo compasión de ellas.
                                   Con ellas aprendemos que:
                                  ·         La oración nos hace hombre y mujeres sensibles.
                                  ·         La oración nos lleva a tener compasión por la gente
                                  ·         La oración nos encamino a buscar a los perdidos.”

Asimismo menciona que la oración hace que el Espíritu Santo se manifieste, que es fuente generadora de poder, que renueva la misión y visión y que concede bendición a los ministerios.

 En: Visión Celular 4x5. Un modelo transformador”. Idea impresa. Lima, Perú (página 32-37)

4.       En wikipedia, la enciclopedia de los cibernautas:

 “La oración es el esfuerzo de comunicarse con Dios, un santo o un difunto, ya sea para ofrecer pleitesía, hacer una petición o simplemente expresar los pensamientos y las emociones personales.

Dependiendo de la religión puede ser una o varias de estas formas:

·         Una simple devoción o práctica piadosa (que el orante puede hacer privada o públicamente, individual o colectivamente, en una circunstancia especial o no).

·         Una parte de un rito que puede recitar el oficiante o toda la comunidad (como la misa cristiana).

·         Una obligación en sí misma (como las prescritas cinco veces al día por el islam).”


Es decir que la oración puede ser un acto público o privado en el que uno humildemente empieza confesarse y muchas veces, a implorar perdón o pedir lo que en ese momento le hace falta. Esto último lo digo porque por lo general nos acordamos de Dios, mayormente en los momentos de más angustia, cuando tenemos que afrontar problemas de salud, problemas financieros, pérdida de un amor o de un familiar querido. Pero también es para cuestionar y reclamar. Como lo oyen. Si revisamos la Biblia, hay muchos pasajes en donde hasta los profetas, han cuestionado su decisión.

Veamos:

Jeremías 12:1-2:

“Tú, Señor, eres justo y no puedo disputar contigo. Sin embargo, defenderé mi caso ante ti. ¿Por qué prosperan los impíos en todo lo que hacen, y les va bien a todos los que son desleales? Tú los plantas, y ellos echan raíces; crecen y dan fruto. Te tienen en la punta de  la lengua, pero te mantienen lejos de su corazón “1

Nunca debemos olvidar el contexto de Jeremías. Él fue uno de los 12 profetas de Dios en el antiguo Testamento. Fue quien pronosticó la caída de Jerusalén a manos de Nabucodonosor. Recomendó que abandonaran el lugar, pero nadie le hizo caso. Jerusalén fue sitiada y los pobladores se quedaron privados de todo. Se imagina que muchos tuvieron que degollar a sus propios hijos para poder seguir viviendo. Todas esas bajezas humanas las vio Jeremías, pero además por su fe, fue hundido en un pozo lleno de fango y otras veces estuvo con garrote. Pese a todo eso, no dudo de su fe. Se limitó a preguntarle como a otros les iba bien y a él, que se dedicó a predicar, a honrar los mandamientos, le iba tan mal. ¿Acaso no es normal que un ser humano en tales condiciones, cuestione ese status quo? Claro que sí.

Job, es otro caso emblemático. Lo tuvo todo y todo lo perdió. Al verse envuelto en esa penosa enfermedad en donde su cuerpo emanaba fétidos olores, perdió a sus supuestos amigos. Pero además perdió la fama de la que gozaba, su ganado, su familia. Hasta renegó de haber nacido. Una frase suya ante tanto dolor llamó mi atención:

Job 3:1-26:

“Después de eso, Job habló y maldijo el día de su nacimiento. Y dijo:”Que perezca el día en que me concibieron, y la noche en que dijeron: “¡ya nació un varón!”. Que se oscurezca ese día, y que Dios en lo alto no lo tome en cuenta. Que ese día el sol deje de brillar, y las tinieblas de muerte lo oscurezcan. Que lo envuelva un manto de oscuridad y lo deje como un día horrible y bochornoso. Que sea esa noche toda oscuridad; que nadie la cuente entre los días  del año. ¡Que no sea incluida en ninguno de los meses! (…)

“Para que vivir en un camino incierto, donde Dios te cierra el paso? ¡Mi pan lo ingiero entre suspiros, y entre lágrimas que corren como el agua! Me ha sobrevenido un temor espantoso; lo que más temía, me ha sucedido. No encuentro paz ni reposo; vivo intranquilo y en constante turbación.”

 

Tiempo de oración

A Jesús lo encontramos en el Nuevo Testamento, pero es el mesías que anuncia todo el antiguo Testamento. Y él en ningún momento indica el tiempo ni el lugar de rezo.  Lo que sí se puede apreciar, es todo el tiempo  que dedica a la oración. Es decir a comunicarse con su padre. No dice una hora, media hora, quince minutos. No. Y es que no solo es cuestión de cantidad, sino también de calidad y de fe.

Nehemías por ejemplo solo se valió una oración pequeña corta, pero dada con fe y pasión. Veamos Nehemías  2:4

“El rey me preguntó entonces: “¿Y qué es lo que pides?”. Yo oré al Dios de los cielos“.

Ana en cambio rezó toda su vida pidiendo un hijo y a cambio este  lo entregaría a servirlo toda su vida.

1 Samuel  1:10-12:

“Entonces ella oró y lloró al Señor con mucha amargura, y le hizo un voto. Le dijo: “Señor de los ejércitos, si te digna mirar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me das un hijo varón, yo te lo dedicaré, Señor, para toda su vida. Yo te prometí que jamás la navaja rozará su cabeza.”

 

Elías, otro profeta, oró insistentemente a Dios:

Santiago 5:17

"Elías era un hombre con limitaciones semejantes a las nuestras. Pero oró con fervor para que no lloviera, y durante tres años y seis meses no llovió sobre la tierra."

En Santiago 4:8

“Acérquense a Dios, y él se acercará a Ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón!”

Nos indica que la oración debe de ser recíproca. Pedir, pero también dar. Esa es la ley que hace maravillas entre los seres humanos.

Hoy en día nuestro entorno obviamente que ha cambiado considerablemente a la de los personajes de la Biblia. Hay mucha tecnología, mucha información on line. Sin embargo los problemas que hoy en día afrontamos, siguen siendo los mismos, por ser universales. Por eso seguimos rezando por salud, por la familia, por los estudios, por el trabajo y por el amor en general.

Para los ateos, el rezo no es hablar con Dios, sino con uno mismo. Pero igual, es un acto de meditación y reflexión.

Ha pensado que tan poderosa es que en un determinado momento, todos estén rezando -sea cual fuese su religión-, un mismo deseo. Solo vasta cerrar los ojos, y oirá algo así como una voz interna le habla a uno. Para unos es Dios, para otros la conciencia. Y hasta causa gracia imaginar un angelito al lado diestro y un diablillo al otro lado. Ambos dando consejos sobre la decisión que debemos de tomar. Nunca olvidemos que somos seres inteligentes para tomar una decisión correcta, solo que débiles a muchas tentaciones y son esas debilidades las que nos hace cometer errores.

En cualquier caso, rezar es un arma poderosa contra la intolerancia y las decisiones tomadas sin medir las consecuencias, decisiones dadas al fragor de una ira, enojo u orgullo. ¿Cuántas guerras nos hubiéramos evitado si los gobernantes de turno, meditasen los pros y contras de una decisión trascendental en la historia humana? Rezar no es solo un acto de contrición, de ponerse de rodillas y poner las manos juntas. Es más que eso. Es un acto de meditación y de fe.

No pretendo que crean mi punto de vista. Es más si uno desea saber cómo rezar, va a encontrar millones de tips en google. Pero no busque más. Haga la prueba, dese un tiempito e inténtelo si nunca lo ha realizado. La postura adoptada, es lo de menos: de pie, sentado, con los brazos extendidos o manos juntas etc.  Simplemente: Rece. Primero agradezca por todo lo que Dios le ha dado y si no cree que él se lo dio, por todo lo que tiene. Luego, haga su listado de petitorio. Que no sea extenso. Sugiero solo las metas a corto plazo. Pero no se limite a pedir, sino también a actuar; en ser consecuente con lo que solicita. Es decir petición respaldada con acciones concretas. A poner de su parte.  No se va a arrepentir.

Tanto es el poder de la oración que hasta hay una página web en la que muchas personas, de diferentes creencias rezan conectadas unas a las otras por el link MayFeeling. No me cree, dele un vistazo que ya tiene millones de visitas en Youtube.


El meditar señores, es tomar conciencia de lo que se debe de hacer.

1.       Versión de La Biblia Reina Valera Contemporánea. Sociedades Bíblicas Unidas, Estados Unidos de Norteamérica, 2011.

No hay comentarios:

Publicar un comentario