Magaly Vera
Frente a la gran marcha realizada
el jueves 19 de enero, la presidente Dina Boluarte dio un mensaje a la nación
indicando que fueron apenas un grupúsculo los que habían salido a marchar y que
todo está controlado. ¿alguien puede creer eso?
Solo porque se siente amparada por el ejército, la policía y ese
congreso al que no adjetivare porque puedo herir suceptibilidades. Y si alguna
vez tuve una esperanza en que haga un corto y contundente buen gobierno, este
se desvaneció por completo ya que ese mensaje fue plagado de fake news.
Si revisamos el contingente
humano que se trasladó desde diferentes partes de nuestro país, y obviamente no
mostramos las tomas de willax sino de la prensa alternativa, se podía apreciar
un mar humano disperso: desde Larco Mar hasta Abancay y como se habían alojado
en diversas partes y no tener un único punto de concentración, no permitió evidenciarlo.
Incluso en Abancay había fracciones de personas que se juntaron de diferentes
partes de Lima. Fue hermoso ver tanta gente joven coreando al unísono que Dina
renuncie.
Eso significa que la marcha en
muchas partes fue espontanea. Imagino que por eso que no hubo las
coordinaciones necesarias para crear una sola ruta. Se vieron grupos de Apurímac,
Puno, Junín etc. Estudiantes universitarios, sindicatos, gremios de artistas
entre otras tantas agrupaciones. No, para nada los que protestaban fueron
terroristas. Son gente unida por la frustración, la rabia, la impotencia de ver
tantas muertes. En un discurso anterior Dina dijo que esas muertes serían investigadas
por el fuero militar, cuando debió decir el fuero civil. ¿Error? No. Claro que
no. No calculó que estarían los abogados de la Coordinadora nacional de
derechos humanos y un gran contingente de abogados que amablemente se anotaron
en un listado para apoyar esa desigual forma de ataque sistemático del estado
contra los marchantes.
Esa descoordinación se notó no
solo en la ruta de las marchas, sino también en la estrategia. No se había
previsto tanta gente en Lima que rebaso a las tres universidades que dieron su
espacio. Cabe resaltar aquí, la gran diferencia de trabajo y de trato del Rector
de la Universidad Nacional de Ingeniería, que hizo que se respete sus
instalaciones tanto por los que albergaba como con los militares y policías que
pretendieron tratarla igual que a San Marcos. No podemos decir lo mismo de la
Rectora de San Marcos quien hizo la denuncia que fue el pretexto para ingresar
de esa forma.
Como pretende la aun presidente
que se no dañen instalaciones públicas, si ella misma y digo ella porque es la jefa
de las fuerzas armadas y policiales, dañe de esa manera un Centro de estudios. Todos
vimos como destruyeron la entrada principal de San Marcos, como han sacado a
los estudiantes de provincia alojados en la vivienda estudiantil y ser tratados
de la peor forma. Su único delito: su derecho a protestar. Y no dejaron ni ingresar a la Defensoria del Pueblo a realizar su labor fiscalizador. Felizmente los
abogados que apoyan están realizando un gran trabajo. La prensa internacional también
está atenta al actuar dictatorial de Dina. Y encima osa comparar esas protestas
con actos terroristas.
Como pretende minimizar que todo
el pueblo peruano no la quiere si su repudio es a nivel nacional y no por
terroristas como nos quiere hacer creer. El terrorismo es quien siembra terror
y ella lo que hace es a cualquiera que pretenda marchar (que es un derecho
estipulado en el artículo 2 numeral 12 de la Constitución política del Perú y
en el artículo 15 de la Convención Americana sobre los derechos humanos) lo
terruque, lo acose, lo maltrate, cuando lo único que le encuentran como
subversivo son banderas o alusiones a “Fuera Dina” o algo parecido. Hasta ahora
no les han encontrado esas armas que tanto pregona vienen del Sur.
Frente a desigual enfrentamiento,
esta demás recordar que los muertos han sido por balas de armamento policial
y/o militar. Solo basta mirar que el pueblo se defiende con piedras y/o
huaracas y usando solamente su derecho a la protesta.
Si pues, de esa forma solo continuarán
las muertes de nuestros hermanos. La logística les juega en contra así que en algún momento se doblegaran o quizás ocurra lo contrario. Se pensó que
solo un día era suficiente para sacar a Dina, pero no. Gracias
a Dios hay donaciones de todas partes y de forma voluntaria para alimentar a tanta gente, como también de
alojamientos. Si quiere meter miedo poniendo toques de queda, estados de
emergencia para justificar allanar cualquier lugar: solamente nos recuerda los
actos terroristas, pero no de parte del pueblo sino del Estado gobernado por
una derecha fujimorista de los años 90. Y no, no es esa izquierda retrograda la
que protesta, es todo un Fuente Ovejuna peruano.
Así estamos. En este caso, solo
me queda usar lo único que se hacer: escribir mi furia contenida y pese a que
deseo vomitar frente a tanta injusticia, solo me resta esperar que Dina
finalmente escuche lo que su pueblo le pide ya que fue elegida para cumplir la
voluntad popular: Renunciar y dar pie a un gobierno de transición para las
nuevas elecciones.
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