domingo, 3 de septiembre de 2017

Problemas que afrontan los programas culturales en un municipio (5to. encuentro nacional de cultura-Iquitos, julio 2017)

Magaly Vera

Existen municipalidades en los que pese al presupuesto asignado en plan lector entre otros ítems en cultura, no tienen programa alguno, y solo se limitan a hacer actos culturales (llámese festiferias etc.)  sin planificación, sin siquiera una miserable agenda cultural local. Generados solo para hacer ruido político y justificar que alguito se hace con el monto asignado a ese rubro. Es gracias a la impericia de sus gerentes que el dinero de muchos municipios, es revertido al Ministerio de economía.

Uno de los primeros problemas entonces, es que los gerentes asignados no cumplen el perfil requerido para ese cargo por ser puestos de confianza. Es decir, no necesitan siquiera saber algo de las movidas culturales de su distrito. Otro problema es que estos se rodean no de personal capacitado, sino de amigos, personas de su entorno o militantes de su partido que se creen con derecho a ese puesto de trabajo por haberlos previamente apoyado en su candidatura. Resultado: los grupos culturales trabajan desvinculados de la gestión local. Otro factor es la capacidad negociadora del gerente. Que sucede si la persona no cumple el perfil, pero si las ganas de hacer algo bien. Tiene que saber negociar y trabajar con la comunidad. Algunos tienen el ego tan enorme que no son capaces ni de sostener una reunión y lograr acuerdos en beneficio de su distrito.

Felizmente existen funcionarios que si hacen labor cultural exitosa, pese a las luchas que tienen que afrontar: con los de su entorno cercano (las envidias laborales), su partido político (por qué él está en ese cargo si hay otros con mayor tiempo de militancia o algo similar), los partidos opositores (que siempre trataran de ver o demostrar lo malo de su gestión) e incluso su batalla interna (debe mi familia o yo afrontar todo eso). Sin contar que pese a su buena gestión siempre hay denuncias que llegan a la contraloría y tienen que pasar por constantes auditorias. Pese a demostrar su inocencia con los resultados, ya es la sensación de sospecha que han sembrado los opositores en la ciudadanía. Y es contra todo eso que tienen que batallar a diario. Lamentablemente no todos tienen las agallas ni el aguante para tolerarlo.

 Y aunque cueste creerlo siempre hay gente que se come esos sapos porque tienen fe en que nuestro paso por esta vida, no es en vano sino para dejar algo mejor para nuestros semejantes.

En el quinto encuentro nacional de cultura en el que tuve la suerte de participar como parte del equipo de la Red cultural, me di con la grata sorpresa de escuchar de muchos gerentes de varias municipalidades como el de Piura, Lambayeque y Belén que si existen esos casos excepcionales. Un caso que me llamo mucho la atención fue la del Antropólogo Johnny Dávila Flores del Municipio de Belén, que logró la ordenanza en favor de la inclusión.  Que en lugar de generar acogida, fue portada de diarios sensacionalista indicando que favorecían solo a gays. Fue blanco de burlas y de memes. A eso se suma que no tienen gerencia de cultura y el presupuesto asignado a su municipio, no supera los S/.1 500.00. Una excusa es que su escasa población  que apenas supera los 75 685 habitantes ( Dato del portal de INEI 2015: https://www.google.com.pe/search?q=inei%2C+publacion+de+belen%2C+iquitos&oq=inei%2C+publacion+de+belen%2C+iquitos&gs_l=psy-ab.3...4016.9691.0.10238.33.29.0.0.0.0.306.4658.0j13j9j1.23.0....0...1.1.64.psy-ab..10.22.4509...0j0i131k1j0i67k1j0i22i30k1j0i13k1j33i160k1j33i21k1.468cibCpC-o  ) no justifica mucha inversión. En parte tiene razón ya que una nueva gerencia solo les generaría mayor burocracia y el mismo presupuesto con mayor distribución. Obviamente no es el caso de otros distritos como el de San Juan de Lurigancho que cuenta con la mayor población de Lima Metropolitana, pero ese es otro tema.

Otro de los problemas que afrontan los municipios es no contar con profesionales que realicen expedientes técnicos en cultura, como si en obras públicas. Hasta la fecha quienes los realizan son ONG y/o la Universidad Pontifica Católica del Perú, pero sus costos no bajan de S/.150 000.00 Es decir, tendría que hacer magia solo para costear el expediente. Adicional a ello es la ejecución de la misma, lo que hace inviable que un proyecto cultural sea realizado.

Escuchar experiencias de otros municipios nos enseña cuanta diversidad hay en nuestro país, cada municipio afronta sus propios demonios, con contextos tan variados que nos demuestra que falta mucho por hacer.

En esta guerra por vivir bien y dignamente, nos topamos con gente que sueña con un mundo mejor, con artistas o gestores culturales que hacen posible espacios donde podamos compartir nuestras experiencias y aprender de los que ya lograron al menos superar ciertas vallas. Espacios generados por Puntos de cultura, no tan tomada en cuenta por la gestión actual de la Municipalidad de Lima Metropolitana, pero cuya direccionalidad es asumida por la sociedad civil organizada. No en vano su lema es “no hay democracia cultural sin participación ciudadana”. Y ese lema nos resume que si queremos un cambio en nuestras vidas, no debemos de ser indiferentes a las políticas culturales. Debemos participar en ellas, debemos generar cambios no siempre impuestas de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba. Estamos en otros tiempos y es la concertación, el diálogo lo que nos debe generar lograr metas comunes.

Cito la frase de Puntos de cultura que me parece pertinente:

“No podremos lograr una verdadera democracia cultural y el ejercicio pleno de nuestros derechos culturales en el Perú sino garantizamos nuestro derecho a la participación ciudadana, entendida como un factor indispensable en la validación de las políticas culturales (programas, planes, normas, etc.) y en todo proceso que busque el fortalecimiento de la gobernanza cultural en nuestro país. De esto se desprende la necesidad de trabajar como sociedad civil hacia la consolidación de articulaciones efectivas entre organizaciones culturales y la identificación de horizontes compartidos, visiones colectivas de cambio que podamos impulsar en conjuntos, fortaleciendo nuestras coincidencias y reconociendo y valorando nuestras diferencias”.

Son muchos los problemas que afronta una municipalidad. Quizás no logremos solucionarlos, pero al menos hagamos el intento eligiendo bien a nuestras autoridades, informándonos más, participando activamente en nuestra comunidad. Sino, tendremos más de lo mismo.


Te invito a dar el primer paso, a participar en estos eventos:








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