sábado, 6 de abril de 2013

Nadine Heredia, la nueva versión de la Cenicienta (25/05/2012)



Magaly Vera

Todos tenemos una imagen bucólica de la Cenicienta, aquella mujer frágil, y de virtudes propias de una “perfecta” ama de casa: limpia, ordena, cose,  etc. Etc. Y que además no se queja. Esa imagen dista mucho de la actual: la mujer contemporánea, la que no se excitaría con un artefacto eléctrico como regalo, como nos hacen suponer que es el prototipo de la mujer peruana y abnegada, la que incluso perdona una infidelidad. Me refiero al personaje de “Al Fondo hay sitio”, Charito; encarnada por una mujer que ha destacado no solo por su belleza latina, sino por estar ligada a las luchas sociales y de reivindicación de los derechos de las mujeres. Quien no la recuerda en su personaje de la Perricholi o lavando la bandera en la Plaza de Armas (paradojas de la vida).
Pero esa no es la imagen actual que las peruanas tienen de la Cenicienta, que ha logrado varios remakes y variaciones a la versión original. Tenemos desde las Marías (María la del Barrio, Rosa Salvaje etc.), en donde una mujer pobre y sin educación alguna, logra ascender a una vida “digna”. Es decir, a una vida en donde todo lo haga la sirvienta, sin mayor esfuerzo que el enamorar al heredero. No por sus virtudes, sino solo por su belleza. Lo mismo ocurre en “Mujer Bonita”, interpretada por la bellísima Julia Roberts, quien interpreta actualmente a la bruja en la versión actual de Blanca Nieves.
No pues, ahora en el imaginario colectivo no están esas musas, esta Nadine Heredia. Claro, ella no vino de un estrato social C ó D, estudio en el Colegio María de las Mercedes y termino Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Lima. Es más, no destaco por ser la primera en su aula y en las entrevistas de cuando su esposo era aún candidato, sus ex compañeras de clase daban versiones nada agradables de su personalidad. Pero, es la mujer que ha logrado dar una imagen de tener la perfección de un hogar: un esposo que la engríe, la lleva con ella a todas sus presentaciones, sean están en el interior o exterior del país. Hasta se ha murmurado que era ella quien dirigía la política de nuestro país, tanto así que hasta han tenido que emitir un Comunicado de prensa solamente para aclarar que como primera dama, no cumple labor alguna en el congreso (todo por la filtración de una carta dirigida al Ministro de Energía y  Minas, Carlos Herrera). Prácticamente transformó la imagen que se tenía del presidente, la del militar recio, de crianza espartana por parte de Isaac Humala, del macho con botas y polo rojo; a prácticamente un pisado. O sea, una cenicienta con un galán a sus pies (literalmente hablando).
Quizás solo sea una buena química, quizás sea su estrategia. No lo sabemos, solo ellos lo develan en la intimidad de su hogar. Lo cierto es que ella con todo lo que ser mujer conlleva, es el complemento ideal de Ollanta Humala; la que le da un toque de ternura. La que no da Resoluciones, pero si frases cortas en su Twitter que distraen a la prensa por lo contundentes que son.
Su cambio de ser la esposa de un simple militar, luego a la de un agregado militar y finalmente a la de ser la esposa del presidente; se ha notado incluso en su forma de vestir. Paso de trajes sencillos a rasos extremadamente recargados. Tanto, que los modistas peruanos lanzaron su voz de protesta por ese estilo tan barroco. Es que hasta las cenicientas actuales necesitan de un asesor de imagen. Ahora se la nota mejor en cada presentación. Y es que es un referente no solo de la moda, sino de la mujer peruana en general; y no puede darse el lujo de hacernos quedar mal, por mas primera dama que sea.



Aunque en nuestra era, no siempre la meta de una mujer es tener el hogar ideal o estar  tras el marido. Cristina Kirchner y Hillary Clinton son una clara evidencia. El mundo ha cambiado tanto, que hasta las aspiraciones de la mujer también son otros y no necesariamente hijos están en la meta.
Sin embargo, esa simbiosis entre una y otra, es la que están explotando los asesores del partido nacionalista, la nueva versión de la cenicienta: la de esposa a presidente. Si bien hasta el momento no hemos tenido una mujer en tal cargo ¿qué nos hace suponer que solo por el hecho de ser mujer, gobernara mejor? Es cierto que el género femenino encierra mucha simbología de maternidad, compasión etc. Hasta cierta magia, ya que no es fácil hacer alcanzar un sueldo básico a 30 días. Pero, nuestra historia nos recuerda que la violencia, no es propia de los varones. La guerra interna fue muestra de ello. Hasta en el pasado, Micaela Bastidas, tenía mejores estrategias de guerra, y justamente si Túpac Amaru fracaso, fue por su temor a someter a las iglesias. La que si no tuvo reparos, fue su esposa. En fin, lo cierto es que todos sin excepción, tenemos nuestro Dr. Jekyll y Mr. Hyde. La violencia y crueldad no tienen género específico.
La selección de un buen candidato entonces, no depende del género, de una cara bonita, de un buen discurso, de su juventud, de si su origen es del sol naciente, de si su logo es la honestidad y trabajo. No pues, no se trata de guiarse por clichés. Sino todo sería como un cuento de hadas, con un happy end. La realidad nos restriega en la cara siempre, que no es así; que los criterios de selección de los peruanos al momento de elegir un presidente, deben de ser más exigentes. De lo contrario, tendremos más de lo mismo, solo que en otra versión.



2 comentarios:

  1. Asi son los cuentos y los cuentos, cuentos son muy bonito

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  2. La selección de un buen candidato y su elección es una tarea muy complicada, sobre todo por la poca capacidad de análisis que tiene nuestra población en general. Sólo se guían de un rostro bonito, de un parlanchín que hace promesas sin ningún sustento o de quien camina los cerros para regalar politos, gorros, lapiceros o 1/2 kilo de alguna menestra, lo que significa en el fondo el concepto que tiene el/los candidato/candidatos de esas personas y que la gente no sabe diferenciar a profundidad. Creo que es un tema de educación. ¿Será por eso que a los políticos no les interesa una verdadera educación de calidad para las grandes mayorías? Orlando Soto.

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