lunes, 27 de junio de 2011

IV Inti Raymi Huaca Fortaleza de Campoy en San Juan de Lurigancho



Magaly Vera

San Juan de Lurigancho alberga uno de los valles más importantes de Lima, que hace que su clima sea único; también a Las Lomas de Mangomarca, ese pulmón este, olvidado por el Estado pese a que se encarga de purificar gran parte del aire contaminado que los vientos traen de nuestra Lima gris, de ese cielo cenizo lleno de smog producto del caótico tráfico; y hospeda a la mayor población migrante, cuyo crecimiento demográfico exponencial, modificó toda la arquitectura original (recordemos que antes había haciendas y fundos) por uno de cemento. Para contrarrestar todo eso, felizmente aun conserva algunas Huacas tutelares, como la de Fortaleza de Campoy. Lugar ceremonial y de gran importancia en el pasado, que existe hasta hoy en día, para recordarnos que no estamos cumpliendo nuestros deberes de hijos de la tierra, que quebramos el orden cósmico. Ese que hace que se respeten las estaciones del año, ese que hace que las cosechas sean las mejores y que nos hace a nosotros mejores seres humanos, capaces de agradecer lo que la tierra nos brinda.

Para los que no sabemos, La Huaca Fortaleza de Campoy fue anexada al Tahuantinsuyo por el Inca Túpac Yupanqui, hijo de Pachacutec, aproximadamente en 1470. Es por eso que gran parte de la cultura inca se puede apreciar en los diseños realizados por sus pobladores. Sobre todo en los tallados en piedra encontrados en los Cerros del Anexo 22 de Jicamarca.
De todo eso aprendemos cuando visitamos la Huaca, pero no porque exista ahí un guía turístico del INC, o porque este ahí grabada la historia en algún panel (no hay solo uno, ni siquiera esta demarcado territorialmente), sino porque gracias a la labor del profesor, poeta y vecino Luriganchino, Arturo Vásquez y el apoyo de la Directora del Colegio 090 “Daniel Alcides Carrión”, Angela Salas y sus alumnos todos; han logrado recrear el Inti Raymi en esa Huaca, logrando con eso, regalarnos una clase vivencial de historia. Así que a mí también me toca en reciprocidad, agradecer de la única forma que se, escribiendo. Gracias amigos por ese hermoso regalo.

Pero ¿qué se celebra en el Inti Raymi? ¿es solo una fiesta y derroche de gala? ¿es solo ver danzas?. No, es más que eso. No solo es la recreación del ingreso del Inca con su panaca real, y los integrantes de su sequito y ejercito. Esa recreación teatral, va acompañada de un pago a la tierra, pero no es un pago cualquiera. Es uno que intenta hacer que el equilibrio cósmico se reestablezca, a través de la devolución a la tierra de lo que nos da. ¿Y qué nos da? pues todo el ciclo biológico, todo el ciclo de vida, toda la cadena alimenticia, en resumen TODO lo que somos. Y Arturo, lo que hace es enseñar a valorar de donde somos, a que venimos y a donde vamos. Olvidamos siempre, que somos seres de tierra.
Y no solo recrea la historia, su trabajo implica mucho más: Logró recuperar con su equipo de alumnos, ese lugar al que yo conocí con olor a orín y a excremento. Recuperó ese basural y le devolvió su rango de cerro tutelar. Ya que incluso por la desidia de las autoridades fue cercenada para dar lugar a un Complejo habitacional, relegándola a ser solo un pequeño apéndice de esa mega construcción. A la que incluso, tenemos que pedirle permiso para pasar y llegar a la Huaca, cuando debería ser al revés.

La propuesta de Arturo con este trabajo es el siguiente: “Tienes que conocer para valorar, valorar para querer y querer para conservar”. Esa frase resume su titánica labor. Y digo Titánica porque no es fácil ser líder a esa edad (37 años) de estudiantes y jóvenes, sobre todo porque los paradigmas a seguir que nos imponen, son otros. Así que muchos líderes que hoy ocupan una curul, lo pueden envidiar. Además, congregar más de 1000 personas en un lugar de difícil acceso, no es fácil. Sobretodo sino están los grupos musicales de moda. Eso lo consiguió Arturo. Y no es una labor de 1 solo día, este, es el IV Inti Raymi. Es una labor que logró gracias una simbiosis perfecta entre sus alumnos, su colegio y la Dirección del Colegio 090. No en vano han logrado ganar varios reconocimientos  tanto a nivel de UGEL como en diarios de masiva circulación.
Otra cosa que hay que rescatar, es que este trabajo también se  realizó gracias al generoso apoyo de Instituciones como Kapaq Sumaq Ayllu entre otras tantas que sería largo enumerar. El resultado, una fiesta y clase de vida inolvidable. Lo que nos enseña que la reciprocidad, es la mejor forma de conseguir las cosas: Solo puedes recibir, lo que das con amor y afecto.

Esperemos que este trabajo se multiplique ya que hay muchas Huacas aun por recuperar. De seguro que sí. Los Dioses tutelares así lo querrán.

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